Los cambios en el clima pueden causar molestias físicas y psicológicas en algunas personas. El dolor de cabeza, el cansancio, el malestar muscular o el bajo estado de ánimo son los síntomas más comunes de la meteorosensibilidad, es decir, una serie de alteraciones que se producen en el organismo debido a los cambios de tiempo.
Se estima que el 30% de la población padece este trastorno, que es más frecuente entre las mujeres y las personas mayores. Además, suele agravar especialmente los síntomas de enfermedades reumáticas. Algunos elementos del clima que pueden causar meteorosensibilidad son la temperatura, la humedad, el viento, la nubosidad, la presión atmosférica o la lluvia. No obstante, la contaminación también parece estar cobrando un papel relevante.
Cómo saber si eres meteorosensible
Existen diversos estudios que demuestran que la meteorosensibilidad, lejos de ser un mito, puede manifestarse a través de diferentes síntomas. Algunos de ellos son:
- Dolores de cabeza: normalmente causados por los cambios bruscos en la presión atmosférica, como las borrascas y los anticiclones. En el caso de personas que padecen migrañas, estas pueden empeorar.
- Fatiga: suele estar asociada a un peor descanso durante la noche, muy común cuando suben las temperaturas. Por consiguiente, esto incide negativamente sobre el rendimiento físico y mental.
- Dolor en las articulaciones: debido a la disminución de la circulación sanguínea en pies y manos. Como consecuencia, se agudizan las patologías reumáticas como la artritis y la artrosis.
- Estado de ánimo depresivo: los días grises y lluviosos pueden llevar a la aparición del trastorno afectivo estacional (TAE), una alteración que sufre en torno al 15% de la población. El TAE se manifiesta cuando hay menos horas de sol y, por tanto, se reducen los niveles de vitamina D y serotonina en nuestro cuerpo.
- Enfermedades cardiovasculares: el 80% de estos eventos suelen coincidir con variaciones en la presión atmosférica. De hecho, los infartos son más frecuentes en otoño, y se producen menos cuando el tiempo es cálido y seco.
Consejos para reducir la meteorosensibilidad
Hay varias técnicas que se pueden poner en marcha para prevenir la aparición de la sensibilidad a los cambios de tiempo o para paliar sus síntomas.
- Una correcta hidratación, esencial cuando aumentan las temperaturas.
- La práctica de ejercicio, necesaria para mantener la musculatura saludable y prevenir rigideces, tendinitis y dolores en las articulaciones.
- Una alimentación sana baja en azúcares refinados y grasas saturadas, con el objetivo de prevenir accidentes cardiovasculares.
- Eliminar el tabaco y reducir el consumo de alcohol también juega un papel importante.
- Consultar con un especialista si los síntomas empeoran o afectan a la vida diaria. En el plano psicológico, hay estrategias que pueden ayudar a resolver los estados de ánimo bajos.
Hay que recordar que la meteorosensibilidad no es una enfermedad como tal, pero debemos prestar atención a sus signos para mejorar la calidad de vida.
Recuerda:
- Se conoce como meteorosensibilidad aquellas alteraciones que se producen como consecuencia de los cambios de tiempo.
- Sus principales síntomas son el dolor de cabeza, el cansancio, el dolor muscular y el decaimiento del ánimo.
- Un estilo de vida saludable puede prevenir su aparición y disminuir los efectos de la meteorosensibilidad.