¿Cuándo se debe hacer testamento?

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Al hacer un testamento, determinamos legalmente qué sucederá con nuestras posesiones tras la muerte, a quiénes pertenecerán y en qué condiciones. Es la forma más eficaz de ordenar el futuro de nuestros bienes y evitar problemas a nuestros familiares.

La ley prevé que, al fallecer una persona sin testamento, sus pertenencias pasen a los familiares más cercanos a partes iguales. Sin embargo, esto puede dar lugar a disputas o no reflejar la voluntad de la persona fallecida.

¿Cómo saber cuándo es el momento para hacer testamento?

Muchas personas asocian el momento de hacer un testamento con la vejez o la enfermedad, sin embargo, esto no es lo recomendable. El testamento debe hacerse antes de que aparezcan los problemas de salud, especialmente los que puedan afectar a nuestras capacidades mentales y puedan incapacitarnos para decidir.

En este sentido, no existe una edad concreta para testar, ya que dependerá de nuestras circunstancias personales. Algunos de los motivos por los que podemos decidirnos a hacer este documento son estos:

  • Tener un patrimonio que legar, como una casa, una finca o un negocio.
  • Contar con depósitos de dinero, ya sean ahorros o inversiones.
  • Querer asegurar el bienestar de nuestro cónyuge o hijos cuando ya no estemos.
  • Establecer la donación de todos o parte de los bienes.

¿Pueden cambiarse los testamentos?

Nuestras circunstancias pueden cambiar mucho a lo largo de la vida. Por ello, puede que en algún momento ya no estemos conformes con lo que decidimos tiempo atrás y queramos cambiarlo.

Estos son algunos de los motivos más habituales para modificar el testamento:

  • Nuestro patrimonio ha cambiado y queremos reflejarlo adecuadamente.
  • Hemos tenido hijos que no están contemplados en el anterior documento.
  • Hemos perdido a un cónyuge o familiar que estaba incluido en el anterior testamento.
  • Tenemos un cónyuge nuevo y queremos asegurar su bienestar en el futuro.

Un testamento solamente se activa tras la muerte de la persona, por lo que esta puede modificarlo cuantas veces quiera. Simplemente hay que acudir a un notario, explicar qué se quiere incluir en el nuevo documento y abonar una tasa. Luego, nuestro nuevo documento se inscribirá en el Registro de Actos de Última Voluntad. Así, tras nuestra muerte, las personas interesadas sabrán que lo hemos hecho.

La única limitación que existe en este sentido es que la persona deberá ser mayor de edad, tener intactas sus facultades mentales y no encontrarse bajo ningún tipo de coacción o amenaza. Es decir, la persona debe ser adulta, plenamente consciente de lo que está decidiendo y hacerlo libremente.

Cumpliendo estos requisitos, siempre será el documento más reciente el que tenga validez sobre los demás.

Es importante no confundir un testamento con un testamento vital o un documento de últimas voluntades. Cada uno de estos documentos recoge distintas cuestiones y tiene distinta finalidad.

Recuerda

A través del testamento ordenaremos lo que sucederá con nuestros bienes y evitaremos problemas a nuestros familiares.
No debemos esperar a la vejez o a estar enfermos para hacer testamento.
Podemos modificar nuestro testamento siempre que queramos.