El microchip es un elemento del tamaño de un grano de arroz que contiene todos los detalles sobre la identificación y pertenencia del animal al que se le instala. Su implantación es indolora y su presencia ha salvado a más de un dueño de un disgusto.
La colocación del microchip es un deber más dentro de los hábitos propios de la tenencia responsable de mascotas. Junto con él, nunca está de más colocar una placa en el collar que incluya el nombre del animal y tu número de teléfono.
¿Por qué es importante poner el microchip?
Como sabes, el microchip se implanta en la zona de la piel del cuello. En caso de necesidad, ciertos organismos (veterinarios, policías y protectoras fundamentalmente) podrán emplear un lector de microchip para obtener los datos que lo vinculan a ti. El microchip tiene 2 funciones muy importantes tanto para ti como para tu mascota:
- Reconocimiento legal: si tu perro o gato lleva un microchip con tus datos de contacto, queda legalmente asociado a ti. Ten en cuenta que el chip no se puede reemplazar, ni tampoco se puede falsificar. En este sentido, el microchip establece que tu mascota pertenece a tu familia.
- Protección en caso de pérdida: si tu perro o gato se pierde y tiene microchip, es mucho más probable que pueda volver al hogar. Esto se debe a que, al tener tus datos de contacto, las autoridades pertinentes se pondrán en contacto contigo para devolverte a tu mascota.
Además, debes recordar que, a partir de los 3 meses de edad, la identificación de perros mediante microchip es obligatoria por ley. En el caso de los gatos, la legislación varía en función de la comunidad autónoma. Sin embargo, si el gato suele salir de casa, es muy recomendable ponérselo, ya que este hábito puede aumentar el riesgo de que el animal se pierda.
Qué hacer si mi mascota se pierde
Es posible que, en algún momento, tu perro o gato se extravíe. Estos son los pasos que debes seguir si esto ocurre:
- Notifícalo: es importante que la Policía Local y tu veterinario habitual sepan que tu mascota se ha perdido. También es de ayuda avisar al Seprona o a la Red Española de Identificación de Animales de Compañía (REIAC). Suele ser útil aportar ciertos datos, como dónde se perdió y cuándo.
- Pregunta en centros de acogida y refugios: es posible que tu mascota ya no esté en la calle, sino que la haya recogido alguna protectora, centro de acogida o refugio. Apórtales datos e incluso fotografías.
- Haz correr la voz: ya sea diciéndoselo a vecinos o mediante redes sociales, intenta que el mayor número de personas sepa que tu mascota se ha perdido. Quizás alguien vea a tu perro o gato y te ayude a localizarlo.
En esta clase de casos tan extremos es precisamente cuando el microchip es de mayor ayuda. Por tanto, siempre que podamos, y especialmente cuando es obligatorio, es buena idea poner el microchip a nuestra mascota.