La dieta keto o cetogénica es un sistema de alimentación basado en el bajo consumo de carbohidratos y alto en grasas saludables. Su objetivo es causar cetosis en el cuerpo, es decir, un estado natural en el que las células extraen de las grasas la energía que necesitan. Por tanto, el objetivo de la dieta keto suele ser bajar de peso.
Hay que tener en cuenta que nuestros ancestros no solían tener acceso a los carbohidratos. No consumían cereales ni azúcar, y muchos alimentos que hoy tomamos regularmente eran tóxicos o inexistentes en ese momento. Es por este motivo que nuestro organismo está naturalmente preparado para el estado de cetosis.
¿Qué alimentos están permitidos en esta dieta?
Lo primero que debes saber sobre la dieta keto es que no existe una receta única para todos, sino que existen varios tipos. Además, lo más común es que se individualice en función de las necesidades de cada persona. Sin embargo, generalmente suele basarse en un menú de 5 comidas que debe incluir:
- Alimentos ricos en grasas de alta calidad: como los pescados grasos (atún y salmón), el aceite de oliva virgen extra o el aguacate.
- Proteína animal y vegetal: la carne, otros pescados y los huevos son clave en la dieta keto.
- Verduras: solo se pueden comer aquellas que sean bajas en carbohidratos. Es decir, la mayoría de verduras de hoja verde y de ensalada.
- Frutas: son una fuente de hidratos y azúcares naturales, por lo que la gran mayoría están permitidas.
- Semillas y frutos secos: todos ellos son perfectos para su consumo durante la dieta keto.
Por otro lado, los alimentos “prohibidos” suelen ser los dulces ricos en azúcar, los cereales integrales (incluida la pasta), las legumbres y las hortalizas de raíz y tubérculos.
Beneficios y riesgos de la dieta keto
Los beneficios contrastados de la dieta keto se pueden resumir en los siguientes 5:
- Control del apetito: el estado de cetosis reduce el apetito porque suelen consumirse alimentos saciantes.
- Pérdida de peso: la reducción en la ingesta de carbohidratos es una de las formas más eficaces para perder peso y mantenerlo a largo plazo.
- Reducción de grasa: como en la cetosis se extrae la energía de las grasas, se reducen los niveles de la misma.
- Menos riesgo de problemas cardiovasculares: algunos estudios han demostrado que la dieta keto mejora los niveles de colesterol y de triglicéridos. Además, también ayuda a bajar la presión arterial.
- Mejora la sensibilidad a la insulina: nuestro organismo convierte los carbohidratos en glucosa que pasa a la sangre, y que después la insulina procesa. Al eliminar los carbohidratos de la dieta, la sensibilidad a la insulina mejora. Esto es especialmente relevante en el caso de pacientes con diabetes, para quienes la dieta keto puede resultar muy beneficiosa bajo prescripción por el especialista.
Es importante tener en cuenta que la dieta keto, necesariamente, debe llevarse a cabo de forma individualizada y controlada por profesionales. Se trata de un sistema de alimentación que puede entrañar riesgos para muchos perfiles, como las mujeres embarazadas o las personas con problemas renales.
Por tanto, antes de comenzar una dieta (keto o no), es preferible que consultes con un profesional para que te ayude a lograr tus objetivos de la forma más segura y saludable para ti.