La dependencia emocional es la necesidad excesiva de la presencia y aprobación de otra persona. Es decir, es una especie de “adicción emocional” a alguien, lo que puede ser perjudicial para nosotros mismos. Esto se debe a que nuestro bienestar y autoestima pasan a depender, en gran medida, de esa relación.https://youtu.be/9XhpKZRFAz4
El origen de la dependencia emocional puede variar según la persona. Sin embargo, se suele atribuir a la baja autoestima, el temor a la soledad y a posibles experiencias previas de abandono, ya sea durante la infancia o en relaciones pasadas.
¿Cómo puedo detectar la dependencia emocional?
En España, más del 23% de los jóvenes de entre 18 y 35 años muestran signos de dependencia emocional, según un estudio de la Universidad de Oviedo. La única forma de atajar este problema es siendo capaces de reconocerlo. Estas son las 8 señales más comunes de dependencia emocional:
- Evasión de conflictos: las personas emocionalmente dependientes suelen evitar los conflictos a toda costa. Temen que los desacuerdos propicien la ruptura de la relación.
- Idealización: habitualmente, se tiende a ignorar los defectos de la otra persona, dando por hecho que es perfecta.
- Cambios en la personalidad: a menudo, las personas con dependencia emocional cambian su personalidad o intereses con el objetivo de agradar a la otra persona.
- Sentimiento de culpa: cuando la persona dependiente cree que ha decepcionado a la otra, el sentimiento de culpa es desproporcionado.
- Necesidad de control: las personas emocionalmente dependientes buscan controlar todos los aspectos de la vida de la otra persona, incluidas sus amistades y tiempo libre.
- Constantes muestras de afecto: las muestras de cariño y afecto son fundamentales para que la persona dependiente sienta validación y seguridad.
- Baja autoestima: las personas con este perfil tienen, por lo general, una opinión muy pobre de sí mismas, y suelen sentir que no son suficientes para la otra persona.
- Miedo exagerado a la separación: una cuestión que provoca profunda angustia en las personas emocionalmente dependientes es la idea de separarse de la otra persona.
Por todos estos motivos, las personas con dependencia emocional suelen sufrir malestar e insatisfacción de forma ininterrumpida. De ahí la importancia de reconocer los signos para poder abordar el problema de raíz.
¿Se puede superar?
La buena noticia es que sí, la dependencia emocional se puede superar. Algunas de las estrategias que se suelen utilizar para ello son las siguientes:
- Autoconciencia: reconocer que se está experimentando la dependencia emocional es el primer paso. El segundo, entender que esta situación no es una base sólida para una relación saludable.
- Cultivar la autoestima: trabajar la autoestima y potenciar una imagen positiva de uno mismo es clave para librarse de la dependencia emocional. Es cuestión de aprender a amarse y valorarse.
- Establecer límites: es importante aprender a poner límites en nuestras relaciones. Mantener una relación no implica tener que ceder constantemente a las demandas del otro.
- Fomentar la independencia: descubre tus propios intereses, pasatiempos y amistades fuera de la relación.
Por último, recuerda que existe la posibilidad de consultar con un profesional para que nos ayude explorar las causas de esta situación y las herramientas oportunas para superarla.