La lechuga es una planta que, aunque parezca pariente de las acelgas, es de la misma familia que los girasoles o las margaritas. Se trata de un ingrediente muy típico de nuestra gastronomía, presente, sobre todo, en las ensaladas. Se comenzó a cultivar en Egipto hace más de 2.500 años, y después se extendió a otras partes del mundo como Europa o Asia.
Existen cuatro variedades: la lechuga de cogollo, la rizada, la romana y la de tallo. Esta planta es estacional, y su momento óptimo para consumirla es la primavera, aunque podemos encontrarla en el mercado durante todo el año.
¿Qué beneficios tiene la lechuga?
La lechuga se utiliza en muchísimos platos de nuestra dieta, pero sus beneficios para la salud no son tan conocidos, aunque también sean numerosos:
- Aporta muy pocas calorías: contiene muy poca cantidad de hidratos de carbono, proteínas o grasas, por lo que cuenta con un bajo contenido energético.
- Mejora la digestión: por su alto contenido en fibra, ayuda a nuestro tránsito intestinal.
- Es muy saciante: se utiliza en dietas de adelgazamiento debido a que su contenido es agua en un 95%. Por tanto, también ayuda a mantenernos hidratados.
- Previene la retención de líquidos: debido a su alto contenido en agua, se trata de un alimento diurético.
- Mejora la salud cardiovascular: contiene flavonoides como la quercetina, que tiene actividad antioxidante y antitrombótica.
- Reduce el colesterol: la lechuga contiene fitoesteroles, que inhiben la absorción intestinal de colesterol, impidiendo su paso a la sangre.
- Tiene propiedades analgésicas y calmantes: se atribuyen debido a la presencia de sustancias como la lactucina en su composición.
- Es rica en vitaminas y minerales: contiene las vitaminas antioxidantes A, C y E, que cuidan nuestra piel y la vista. Además, aporta pequeñas cantidades de fósforo, potasio, hierro y calcio.
Es importante tener en cuenta que las hojas exteriores de color verde intenso son las que contienen un mayor contenido en vitaminas y minerales. En este sentido, es aconsejable elegir las lechugas más oscuras en el supermercado.
Crema de lechuga con langostinos salteados
La lechuga es un alimento básico de la dieta mediterránea. Así lo demuestra su omnipresencia en platos como las ensaladas. Sin embargo, se puede elaborar de muchas maneras diferentes para que sea la protagonista del plato, como, por ejemplo, en una crema:
- Pocha, en una cazuela con aceite de oliva, una cebolla, una patata y ajetes frescos.
- Corta la lechuga en juliana, rehógala y añade agua hasta cubrir todos los ingredientes. Añade sal y pimienta al gusto.
- Cocina durante 20 minutos, tritura la mezcla y cuélala para que quede una crema firme.
- Pela, limpia y saltea en aceite, junto con un ajo cortado finas láminas, la carne de cuatro langostinos.
- Sirve la crema y los langostinos con una cucharada de su aceite por encima.
No obstante, recuerda que la crema de lechuga se puede acompañar con muchos otros ingredientes que no sean langostinos, o incluso servir a solas a modo de cena ligera.