El blanqueamiento dental es un tratamiento estético que consiste en blanquear el tejido dental mediante la aplicación de productos químicos sobre la superficie del diente. De esta manera, se eliminan las manchas y decoloraciones causadas por alimentos, bebidas o el tabaco para obtener una sonrisa más blanca y brillante.
El objetivo del blanqueamiento dental es mejorar la estética de la sonrisa sin dañar la estructura dental ni los tejidos blandos que la rodean. Y es que una sonrisa blanca se asocia con una mejor percepción de la salud y la belleza, lo que ha incrementado la popularidad y demanda de este tipo de tratamientos en los últimos años.
Técnicas de blanqueamiento dental
Existen diversas técnicas para el blanqueamiento dental, cada una, con sus particularidades y niveles de efectividad. Estas son las más comunes:
- Tratamiento clínico: consiste en aplicar un gel blanqueador que se activa con luz láser o LED. Los resultados de este tipo de tratamientos pueden verse generalmente tras una sola sesión.
- Tratamiento domiciliario: implica el uso de férulas personalizadas con un gel blanqueador que se llevan varias horas al día durante una o dos semanas. El tratamiento es efectivo siempre que su uso sea constante durante el tiempo indicado.
- Tratamientos de venta libre: normalmente, los kits blanqueadores de venta libre son tiras impregnadas con gel blanqueador que se aplican sobre los dientes durante 30 minutos al día. Aunque su efectividad no es tan alta, es una opción más económica.
- Blanqueamiento interno: se realiza cuando se tiene una decoloración puntual en un diente en piezas que han pasado por un tratamiento endodóntico. De esta manera, se realiza una apertura en el diente para aplicar el gel en el interior y, tras dejarlo actuar, se sella.
Además de estos procesos, otra técnica de blanqueamiento dental popular es la del cepillado con bicarbonato de sodio. Sin embargo, este método no está recomendado, ya que puede provocar daños en el esmalte.
Ventajas del blanquimiento dental
El blanqueamiento dental ofrece diferentes beneficios, tanto estéticos como psicológicos. Estos son algunos de ellos:
- Mejora la estética: la principal ventaja es la mejora en la apariencia de la sonrisa. Los dientes más blancos pueden hacer que una persona se vea más saludable. Paralelamente, una sonrisa atractiva puede ayudar a mejorar la autoestima.
- Es un procedimiento seguro: cuando se realiza bajo la supervisión de un profesional, el blanqueamiento dental es un procedimiento seguro.
- Los resultados son rápidos y duraderos: los tratamientos en clínica pueden proporcionar resultados visibles muy rápido y, con el cuidado adecuado, los efectos pueden durar varios meses.
En este sentido, el mantenimiento de una buena salud bucodental, así como la reducción del consumo de alimentos que manchan los dientes, pueden ayudar a prolongar los resultados.
La blancorexia, la obsesión con blanqueamiento dental
A pesar de los beneficios, es importante mencionar el fenómeno de la “blancorexia“, o la obsesión por tener los dientes extremadamente blancos. Esta condición puede llevar a un uso excesivo de productos blanqueadores, causando daño a los dientes y las encías.
El uso indiscriminado de agentes blanqueadores puede debilitar el esmalte, aumentando la sensibilidad y el riesgo de caries. Además, el blanqueamiento excesivo puede provocar irritación en las encías y dañar la estructura de los dientes a largo plazo.
Es importante comprender que una sonrisa saludable no necesariamente implica dientes excesivamente blancos. La moderación y la consulta con profesionales son clave para evitar los riesgos asociados con el abuso del blanqueamiento dental.