Alimento del mes: el jamón

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El jamón es uno de los productos más reconocidos de la gastronomía española, pues es parte de nuestra cultura y, como tal, se le reconoce internacionalmente. Se obtiene a través del secado y salazón de las patas traseras del cerdo, una técnica de muy antigua tradición en nuestro país. España es, además del primer productor de jamón curado en el mundo, el primer consumidor: cada español come casi 5kg de jamón al año.

¿Qué tipos de jamón existen?

Existen diferentes tipos de jamón según su origen y proceso de elaboración:

  1. Ibérico: proviene del cerdo de raza ibérica, el también llamado “pata negra”. Según la alimentación de los animales, puede ser de bellota (que se alimenta exclusivamente de bellotas), de cebo (aquel que come cereales y piensos) o de recebo (combina el pasto con los piensos).
  2. Serrano: también llamado “jamón blanco”, se obtiene de cualquier otra raza de cerdo no ibérico que haya sido curado en clima de sierra.

Por otro lado, los jamones también se clasifican según su tiempo de curación en 3 categorías: bodega (9-12 meses), reserva (12-14 meses) y gran reserva (15 meses o más), siendo esta última la más valorada por su profundidad de sabor.

4 beneficios que hay que conocer

No solo es un alimento codiciado por su intenso sabor. El jamón cuenta, además, con diversos beneficios para la salud. Estos son algunos de ellos:

  1. Fuente de proteínas de alto valor biológico: aporta una cantidad considerable de proteínas, esenciales para el desarrollo muscular y la regeneración celular.
  2. Grasa cardiosaludable: con especial atención al jamón ibérico, que destaca por su contenido en ácido oleico, similar al presente en el aceite de oliva, que favorece la salud cardiovascular.
  3. Rico en vitaminas y minerales: contiene hierro, ideal para prevenir la anemia; zinc, necesario para el sistema inmunológico; y vitaminas como la tiamina y la niacina, que favorecen el metabolismo energético.
  4. Bajo contenido calórico: no contiene apenas hidratos de carbono y tan solo aporta 240 kilocalorías por cada 100 gramos.

En este sentido, encontramos en él un porcentaje mayor de grasas y proteínas de alto valor en comparación con el de la carne fresca, debido a la pérdida de agua que sufre en su proceso de elaboración.

Croquetas de jamón ibérico

Las croquetas son una de las formas más deliciosas de disfrutarlo, además de ser un plato típico de nuestra gastronomía. Pero, ¿cómo se preparan?

  1. Derretir 50 gramos de mantequilla en una sartén a fuego medio y añade 50 gramos de harina de trigo. Remover sin parar hasta obtener una mezcla homogénea.
  2. Incorporar poco a poco medio litro de leche templada, batiendo bien para evitar grumos. Cocina hasta que espese, formando la bechamel.
  3. Añadir 100 gramos de jamón ibérico picado en trozos pequeños y condimentar al gusto. Deja que se cocine unos minutos más.
  4. Verter la masa en una fuente y dejar enfriar en la nevera durante al menos 2 horas para que coja consistencia.
  5. Una vez fría, formar las croquetas con las manos, pasarlas por huevo batido y luego por pan rallado.
  6. Freír las croquetas en abundante aceite caliente hasta que estén doradas y crujientes. Se recomienda colocarlas sobre papel absorbente para retirar el exceso de grasa.

¡Y listo! Estas croquetas son ideales para disfrutar como entrante o aperitivo, que nos permite disfrutar de todos los beneficios y el sabor tan característico de nuestro jamón serrano.

Recuerda

El jamón se obtiene a través de la curación con sal y el secado de las patas traseras del cerdo.
Existen diferentes tipos de jamón según su origen y elaboración, como el ibérico o el jamón serrano “blanco”.
Además, es un alimento que cuenta con diversos beneficios para la salud al ser una fuente de grasas y proteínas de alto nivel biológico.