Con la primavera comienzan los primeros días de buen tiempo, los días son más largos, se intenta disfrutar más de las actividades al aire libre, pero con estos cambios de tiempo también llegan las conocidas alergias primaverales…
¿Qué es la alergia?
La alergia es una reacción defensiva del organismo frente a una sustancia o agente externo que considera nocivo. Con la entrada de la primavera, especialmente el polvo y el polen son dos de estas sustancias que mayor alergia causa a los españoles.
Según afirma el estudio “La alergia al polen, claves para sobrevivir esta primavera”, publicado por la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Crónica (SEAIC), la polinosis afecta en torno a 8 millones de españoles cada año. En este sentido, el tipo de planta que más alergia al polen causa en España y Europa es el de la familia de las gramíneas. Además, también cabe destacar que dependiendo de la zona geográfica en la que se resida y el tipo de flora que haya, la exposición a esta polinosis variará.
¿Cómo puedes saber si tienes alergia primaveral?
Si con la llegada de la primavera ves como tu cuerpo experimenta una serie de cambios en su funcionamiento habitual, puede que sea porque seas alérgicos a alguna de estas sustancias que proliferan en primavera.
Los síntomas asociados a las alergias primaverales son muy variados ya que afectan a diferentes partes del cuerpo como pueden ser los ojos, la nariz, la garganta e incluso los pulmones. Entre ellos, los principales síntomas que pueden aparecer son:
- Conjuntivitis
- Congestión nasal y estornudos
- Picor en nariz, garganta, ojos y paladar
- Dificultad para respirar, tos y pitidos
¿Cómo se pueden reducir estos síntomas?
Existen una serie de medidas que se pueden tomar para hacer esta época más llevadera. En primer lugar, se deben mantener las ventanas cerradas, lo ideal es ventilar la casa al mediodía y durante poco tiempo. Cuando se viaje en coche también hay que procurar no bajar las ventanillas para evitar la entrada del polen. Además, es conveniente utilizar filtros en el aire acondicionado.
Por otra parte, es importante controlar las horas en las que se realizan actividades al aire libre, tratando de evitar, en la medida de lo posible, salir a la calle durante las mañanas y las noches, ya que es cuando más cantidad de polen se concentra en el ambiente (especialmente los días ventosos, calurosos y secos). En cualquier caso, también es recomendable consultar diariamente los niveles de polen que hay en tu ciudad, a través de aplicaciones móviles avaladas por la SEAIC como “Polen Control” o en la web www.polenes.com.
También es muy importante proteger la vista. Los ojos son unos de los órganos que más afectados suelen estar por las alergias, por ello, es recomendable mantenerlos resguardado, mediante gafas de sol.
Además, aunque esto no depende solo de ti, es fundamental que mantenerse lo más alejado posible del humo y de la contaminación. Estos factores aumentan la probabilidad de desarrollar una alergia o, en el caso de padecerla, de empeorar sus síntomas.
Por último, si tienes algún síntoma que indica que podrías sufrir una alergia, lo primero que debes hacer es acudir al médico. Él será el encargado de proporcionar el tratamiento correspondiente a nuestro caso en concreto.