Aunque la edad no afecta a todas las personas de la misma forma, lo cierto es que a medida que se envejece aumentan las probabilidades de padecer determinadas enfermedades. Es por ello, que hay que estar alerta cuando se note algún síntoma derivado de ciertas patologías y también hay que adquirir hábitos saludables para intentar tener una buena salud.
Alimentación
La nutrición es un factor clave en las personas mayores, una buena alimentación hace que el organismo funcione bien y cree mecanismos para defenderse de las enfermedades. La dieta debe ser variada y equilibrada, para ello es importante la ingesta de alimentos ricos proteínas, fibras, hidratos de carbono, lípidos, sales minerales y vitaminas. Además, las frutas y verduras siempre deben estar presente en cualquier comida.
Asimismo, también es importante tomar lácteos reducidos en grasas, ya que debido a su alto contenido en calcio mantiene la fortaleza de los huesos y previene la osteoporosis. Otras recomendaciones generales que a tener en cuenta son: moderar el consumo de azúcares, grasas y sales; beber líquidos de forma abundante, un mínimo de dos litros diarios; disminuir el consumo de cafeína, ya que alterará la calidad del sueño; y realizar al menos cuatro comidas al día.
Ejercicio físico y mental
La actividad física regular es otra de las prácticas que contribuyen a mejorar la salud de los mayores. Desde dar largas caminatas hasta nadar o andar en bicicleta son un tipo de ejercicios que ayudan al fortalecimiento físico. Si no se está acostumbrado al ejercicio activo, o si se padece algún tipo de enfermedad crónica, es recomendable consultar antes con el médico.
Por otro lado, el estimular la mente es otra buena forma de ayudar a combatir las enfermedades mentales propias de la edad. En este sentido, y como apuntábamos en el post sobre Alzheimer y Demencia senil, el tomarse tiempo para disfrutar de la lectura, realizar otras actividades como pasatiempos u otros juegos que pongan a prueba la memoria, ayudará a mantener las facultades cognitivas. Además, al estar ocupados también se disminuye el riesgo de padecer enfermedades frecuentes entre la población mayor, como puede ser la depresión.
Higiene y cuidados
Con el paso de los años la piel tiene tendencia a resecarse, llegando a descamarse y produciendo picazón, especialmente en las extremidades. Por ello, se debe mantener la piel hidratada de forma continua. Además, por este motivo, lo ideal también será reducir el uso de jabones y demás elementos químicos que en cierto modo pueden llegar a ser agresivos para la piel de una persona mayor.
A la hora de la ducha, el hacerlo sólo con agua debería ser suficiente, ya que en gran medida la secreción de sudor va disminuyendo con la edad. De no ser así, también se pueden utilizar jabones y champús más suaves. Además, los baños deben ser cortos y con agua templada.
Como medida preventiva y para evitar accidentes también se recomienda optar por la instalación de barras para sostenerse en la ducha o bañera, o de ser necesario un lugar para sentarse. Además, es importante colocar pegatinas antideslizantes para reducir el riesgo de caída.
Y, por supuesto, es imprescindible acudir periódicamente al médico para realizarse revisiones y comprobar que todo funciona correctamente.
Recuerda
- Las personas mayores deben incrementar el consumo de frutas y verduras, ya que ayudan al correcto funcionamiento del organismo y deben tomar lácteos que ayudan a combatir enfermedades como la osteoporosis
- El ejercitar la mente a través de pasatiempos, lectura u otros ejercicios es muy importante porque ayuda a combatir enfermedades como la depresión, el Alzheimer o la demencia senil
- Reduciendo el uso de jabones y demás elementos químicos se contribuye a evitar la irritación, sequedad y descamación de la piel