Inflamación de la piel durante el verano

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Las inflamación de la piel es uno de los principales problemas de salud del mundo. Desde algo tan simple como una picadura de mosquito, pasando por alergias en la piel y finalizando con enfermedades como la dermatitis, todas ellas tienen un factor común y es que pueden causar erupciones o dejarnos marcas en la piel.

La llegada del buen tiempo trae consigo una mayor cantidad de planes al aire libre y con ello las alergias (como la alergia al sol) pueden suponer un problema mayor. Además, con el calor también se produce una proliferación de insectos (entre ellos los mosquitos). Sin embargo, afortunadamente existen una serie de medidas preventivas.

¿Cómo podemos evitar las picaduras de mosquito?

Existen diferentes métodos para evitar que nos piquen los mosquitos.

  • Las mosquiteras: podemos colocarlas en las puertas y ventanas para impedir que los mosquitos no entren.
  • Limitar la intensidad lumínica: los mosquitos van a la luz, y por ello, es recomendable controlar la luz que tenemos en la habitación en la que nos encontremos, especialmente por la noche.
  • Podemos también usar un repelente de mosquitos, ya sea a través de un aparato o una crema tópica.

En el caso de que nos encontremos en la calle y nos pique uno de estos insectos, debemos intentar no rascarnos, ya que podemos provocarnos una herida y con ello facilitar la entrada de bacterias en nuestro organismo. En vez de ello, podemos utilizar un producto antihistamínico o aplicar una bolsa de hielo para calmar el picor.

¿Cómo saber si tengo alergia al sol?

Hay una gran variedad de alergias en piel que se pueden manifestar de distintas formas. Una alergia dermatológica puede provocarnos desde un simple enrojecimiento hasta la descamación de la piel. También pueden manifestarse en forma de erupción cutánea, urticaria, picazón, enrojecimiento o ampollas. Estos síntomas pueden aparecer a los pocos minutos de entrar en contacto con una determinada sustancia, o pueden tardar uno o dos días en aparecer.

Entre las más conocidas se encuentran la alergia al sol. Se trata de una afección causada por la exposición a la luz solar y se identifica por el enrojecimiento y picor de la piel cuando entramos en contacto con ésta.

Algunos expertos destacan que esta afección puede deberse a diversas causas y que pueden desarrollarse diferentes tipos dependiendo de la persona. Entre las más comunes se encuentran:

  • La erupción polimórfica lumínica (pequeños bultos y pápulas).
  • La urticaria solar (grandes habones parecidos a las picaduras de mosquito).
  • El prurigo actínico (engrosamiento de la piel) o la porfiria (provoca ampollas en la piel).

La mejor forma de prevenir una alergia solar es evitar, en la medida de lo posible, el contacto directo con la luz. Cuando nos sea imposible evitarla, deberemos utilizar diferentes elementos que actúen como barrera, como el protector solar, los sombreros, las gafas de sol, e incluso ropa especial que limite el contacto entre los rayos solares y nuestra piel.

Dermatitis en verano

Por otro lado, otro de los problemas dermatológicos más comunes es la dermatitis. Existen tres tipos principales de dermatitis:

  • Atópica (Eccema): inflamación crónica de la piel que provoca erupciones y picor en zonas de codos y rodillas, cuero cabelludo, torso y cara.
  • De contacto: erupción o irritación localizada de la piel causada por el contacto con una sustancia exterior.
  • Seborreica: eritema y descamación fina en áreas específicas de la cara y el cuero cabelludo.

Con la llegada del verano, algunos tipos de dermatitis pueden empeorar debido a diversos factores característicos de esta época del año como la sudoración excesiva, la sequedad que provoca en nuestra piel el aire acondicionado; o incluso el cloro de las piscinas.

Además de los tratamientos médicos recomendados por nuestro especialista, sería conveniente seguir una serie de recomendaciones para cuidar de nuestra piel e intentar reducir las posibilidades de sufrir un brote de dermatitis:

  • Si vamos a la piscina: aplicarnos productos que actúen de barrera y que nos protejan de los agentes irritantes.
  • En la ducha: es mejor utilizar jabones con pH ácido; secar nuestra piel suavemente y utilizar toallas suaves que no generen una reacción en la piel.
  • A la hora de hidratarnos: usar de cremas emolientes que nutran y permitan regenerar la estructura de la piel.
  • ¿Cómo vestirnos?: utilizar materiales de algodón 100%, tanto en nuestra ropa como en toallas y sábanas.

La piel es el órgano más grande que tenemos y que tenemos que cuidarlo siempre, te damos más consejos aquí.

Recuerda:

  • Algunas afecciones dermatológicas se acentúan en verano debido a las condiciones ambientales. En determinados tipos de alergia de la piel o en el caso de la dermatitis el número de brotes puede aumentar durante esta época del año.
  • Si tenemos algún tipo de problema en la piel es importante conocer: qué factores agravan nuestra afección y qué podemos hacer para evitar un brote.