El ritmo de vida acelerado de hoy en día ha introducido la comida basura como una solución habitual en nuestra dieta por su precio, su inmediatez y su sabor. Pero debemos tener en cuenta que supone un riesgo para nuestra salud si la convertimos en un hábito o un abuso.
Problemas en nuestra salud
La comida rápida ha crecido un 6% durante el 2016, impulsado también por el envío a domicilio. Tiene un aporte nutricional muy escaso y un bajo valor nutritivo. Se trata de alimentos ricos en grasas saturadas y calorías, pero escasa en fibras, vitaminas A, C y calcio, además no siempre están elaboradas con ingredientes beneficiosos para nuestro organismo. Aceite de palma, azúcares, exceso de sal o las grasas saturadas, son solo algunos de los dañinos componentes de este tipo de comida.
Mientas que una dieta equilibrada nos aporta entre 1.500 o 2.000 calorías al día, la comida rápida lo hace en una sola ingesta, lo que favorece la obesidad. Algunas de las repercusiones que pueden tener en nuestro cuerpo son:
- Desarrollo enfermedades cardiovasculares, debido al excesivo aporte de grasas saturadas y trans.
- Multiplica el riesgo de hipertensión, debido al exceso de sal.
- Incrementa el riesgo de subir de peso y de padecer sobrepeso u obesidad.
- La sobrealimentación de estos productos también puede favorecer el desarrollo de diabetes tipo II y resistencia a la insulina.
- Puede provocar la aparición de úlcera péptica.
- Problemas de aprendizaje en los más jóvenes y de memoria en los adultos.
- Al no tener nutrientes esenciales para el organismo que aporten la energía necesaria que necesita nuestro cuerpo, puede generar depresión, debilidad, cansancio o fatiga crónica.
- Puede acarrear problemas renales, ya que los riñones no pueden deshacerse de tanto material tóxico.
- Afecta al hígado.
- Aumenta el riesgo de padecer cáncer por la cantidad de químicos que hay vertidos.
- Agrava el riesgo de sufrir demencia porque bajan los niveles de insulina en el cerebro.
Además, el verdadero problema con la comida rápida es que puede generar adicción y si acostumbramos a nuestro cuerpo consumirla, podremos caer en el vicio de hacerlo constantemente.
Recuerda:
- La comida rápida es de fácil acceso y económica. Aunque consumirla de vez en cuando no debería de repercutir de manera negativa en nuestra salud, abusar de ella puede ser un riesgo.
- La obesidad o la diabetes son algunos de los síntomas que puede acarrear el consumo de este tipo de preparados, además de aumentar el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares o problemas renales.