La vida tras el coronavirus cambiará, en todos los sentidos, nuestra forma de vivir. En unas semanas, cuando se termine la desescalada, se habrá dicho adiós a muchas cosas, que en febrero llamábamos “normal”, de hecho ya hablamos de la nueva normalidad. El coronavirus se ha llevado por delante muchas vidas y, en un segundo plano, las rutinas.
Lo que se denomina ahora como nueva normalidad será el inicio de una nueva vida caracterizada por los grandes cambios. En definitiva, se terminó el compartir. Sin embargo, esta nueva normalidad no puede ser afrontada de golpe puesto que son muchos los efectos psicológicos y físicos que ha provocado en el inicio de la desescalada.
¿Cuáles son los efectos psicológicos y físicos de la nueva normalidad?
El miedo, la ansiedad y la angustia son algunos de los efectos psicológicos que pueden producirse con la nueva normalidad. No obstante, la denominación de estos efectos es conocida como “el síndrome de la cabaña”. Este síndrome afecta a muchas personas que sienten pánico a salir a la calle tras el confinamiento. Es un estado anímico, mental y emocional generado por una sensación de incertidumbre ante la vuelta a nueva normalidad.
La ansiedad es otro de los efectos de la nueva normalidad. Decir adiós a una rutina para dar la bienvenida a una nueva no es fácil, y muchas personas se ven afectadas por este trastorno. Sin embargo, aprender a gestionar las emociones y adaptarnos conforme a las propias fortalezas y objetivos es la mejor forma de superar este trastorno.
Por último, la vuelta a la normalidad también implicará efectos físicos. La falta del sueño durante el confinamiento y la vuelta a la rutina va a generar un aspecto de cansancio y mala cara hasta que nos adaptemos a la nueva situación. Volver a realizar ejercicio fijando objetivos a corto plazo ayudará a recuperar la forma física y, por tanto, no sufrir ningún efecto negativo en el cuerpo.
La nueva normalidad se ha presentado como todo un reto y conllevará diversos efectos, tanto físicos como psicológicos, que siempre se podrán superar con ayuda de un profesional.
Recuerda:
- La nueva normalidad es ya una realidad y es necesario adaptarse poco a poco para volver a la rutina.
- El síndrome de la cabaña es uno de los efectos de la vuelta a la normalidad.
- Los efectos físicos también son característicos de la nueva vida y por ello, volver poco a poco a la rutina de ejercicio es recomendable para evitar otros efectos.