Si eres propenso a sufrir indigestión, puede que ya conozcas sus síntomas: te sientes pesado, el estómago protesta, exceso de gases, dolor, malestar, reflujo. En este caso, es fundamental que aprendas a combatirla, pero, sobre todo, que conozcas algunos trucos para prevenir la indigestión en el futuro.
La indigestión, también llamada dispepsia o más comúnmente conocida como dolor de estómago, se produce cuando el ácido del estómago sube por el esófago o cuando el estómago está irritado. Sus causas más comunes son haber comido en exceso o la intolerancia a algún alimento. A pesar de que la indigestión es más frecuente después de las comidas, puede producirse en cualquier momento.
¿Por qué nos es tan difícil prevenir la indigestión?
Sin lugar a dudas, comer es uno de nuestros grandes placeres y más si es con amigos o familiares queridos. Ahora bien, que sea un gran placer no justifica los excesos, porque lo único que conseguiremos con eso es que el placer se convierta en malestar, estropear nuestro proceso digestivo e incluso dañar el sistema digestivo.
Aún con esto y conocidos los problemas que nos dan los excesos, los seres humanos siempre chocamos con la misma piedra y cometemos excesos con la comida que nos provocan un gran malestar.
Aunque no solo son excesos con la comida lo que nos provoca la indigestión y el malestar, también la velocidad al comer, beber alcohol e, incluso, el estrés (el gran mal de nuestro tiempo) producen disfunciones estomacales, es decir, indigestión o malestar de estómago.
Síntomas de la indigestión
- Sensación de saciedad. No has comido mucho aún, pero ya te sientes satisfecho y no puedes terminar de comer.
- Sensación molesta de saciedad después de comer. La saciedad dura más de lo que debería.
- Molestias en la parte superior del abdomen. Sientes un dolor de leve a intenso en la zona entre la parte inferior del esternón y el ombligo.
- Ardor en la parte superior del abdomen. Sientes ardor o sensación de quemazón molesta en la zona entre la parte inferior del esternón y el ombligo.
- Distensión en la parte superior del abdomen. Sientes una sensación molesta de opresión debido a la acumulación de gases.
- Náuseas. Tienes dolor abdominal y te sientes como si quisieras vomitar.
Remedios naturales para combatir la indigestión
Hay remedios naturales para este tipo de problemas digestivos:
- Bicarbonato y limón. En un vaso de agua tibia se diluyen el jugo de medio limón y una cucharadita de bicarbonato de sodio. Lo más probable es que después de un ratito la situación del estómago haya mejorado ostensiblemente.
- Menta o manzanilla. Las llamadas plantas medicinales como la menta y manzanilla son mano de santo para la indigestión, pero siempre en infusión. La preparación es sencilla: hervir el agua y luego dejar reposar dos bolsitas de manzanilla o menta durante unos minutos. Se bebe el agua tibia con tranquilidad y listo.
- Otro remedio, pero menos conocido, es masticar jengibre confitado que se puede encontrar en tiendas especializadas. Es picante.
- Masticar unas semillas como anís, eneldo, hinojo y alcaravea.
Los remedios son perfectos, pero, como siempre en todo lo relacionado con la salud, la prevención es fundamental.
Cómo prevenir la indigestión
Para prevenir una indigestión hay que seguir una serie de consejos importantes.
Antes de las comidas:
- Funciona muy bien tomarse un vaso de agua tibia con una cucharada de vinagre de manzana y un poco de miel.
- Tener claro qué alimentos nos producen indigestión y evitarlos.
- Hacer cinco comidas al día de manera que cada comida sea más reducida y así no comer de más en cada ingesta.
- El estrés. Hay que aprender a manejar las situaciones de estrés, ya que este es uno de los factores que más ayuda a la mala digestión. Te ofrecemos algunos consejos en el artículo de nuestro blog: Cómo podemos gestionar el estrés y la ansiedad.
Durante las comidas:
- No beber alcohol o café.
- Huir de las bebidas gaseosas, pues son las grandes amigas de la pesadez y el reflujo.
- No ingerir alimentos ricos en grasas o picantes. El picante es el aliado de la acidez.
- Consume postres con fruta. La fruta es perfecta para favorecer la digestión.
- Comer despacio y masticar bien.
- El plato, lo más pequeño posible, y dividir la comida en tercios para asegurar que la dieta sea lo más equilibrada posible.
- Mucha agua. El agua es siempre una amiga, no en vano somos agua en nuestra mayor parte.
Tras la comida:
- No hacer ejercicio después de comer.
- No acostarnos tras la comida. Hay que dejar pasar al menos una hora antes de recostarse.
- Evitar fumarse un pitillo. El de después de comer es uno de los que más gusta, pero es indigesto.
- Hay que tomarse una infusión. Mejor una manzanilla o un té.
- Tras una comida copiosa es necesario compensar la ingesta con alimentos ricos en agua y fibra.
Recuerda:
- La indigestión o dispepsia se produce cuando el ácido del estómago sufre por el estómago o este está irritado.
- Produce saciedad, dolor de estómago, gases, reflujo y ardor de estómago.
- Entre los remedios naturales están las hierbas y semillas como la menta, manzanilla, jengibre, anís o eneldo.
- Para prevenir una indigestión hay que tomarse la vida con calma, evitar el alcohol y el picante o tomar fruta para el postre.