Desde hace unos años han saltado a la palestra una serie de alimentos bajo la etiqueta “superfood” o superalimentos. ¿Qué es lo que tienen de especial? Un potencial nutritivo, una alta concentración de antioxidantes, grasas saludables o vitaminas. Pero lo que hay que tener en cuenta es que ningún alimento es “milagroso”. La clave está en llevar una dieta equilibrada y hacer ejercicio.
¿Qué son exactamente los superalimentos?
La Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN) explica que desde el punto de vista científico, no hay una definición oficial de superalimento. Aunque se denomina superalimentos a los que contienen un alto grado de nutrientes, vitaminas y minerales, con gran poder atioxidantes y grasas saludables que cuidan nuestra salud y nos proporcionan un extra de energía.
¿Cuáles son los superalimentos?
Su consumo reforzará nuestro organismo y nos ayudará a sentirnos mejor. Estos son algunos de los más conocidos:
- Aceite de oliva: nos ayuda a reducir el colesterol malo y, en consecuencia, la probabilidad de sufrir enfermedades cardiovasculares.
- Chía: tiene su origen en América Latina y es la combinación perfecta para enriquecer nuestros postres, yogures, ensaladas. Constituye una fuente de fibra, calcio y omega 3.
- Quinoa: no contiene gluten por tanto es apto para celíacos. Tiene más fibra y proteína que las legumbres. Favorece la digestión y mejora nuestro tránsito intestinal previniéndonos de enfermedades.
- Legumbres: su bajo porcentaje en grasa y aporte en fibra las convierten en una opción apta para las dietas para perder peso.
- Brócoli: se trata de un alimento alcalino que nos aporta vitamina C y fibra. Además, gracias a su contenido en agua nos aporta una sensación de saciedad.
- Ajo: refuerza nuestro sistema inmune, protegiéndonos frente a la gripe y los catarros. También nos ayuda a reducir el colesterol por lo que es considerado un alimento cardiosaludable.
- Espirulina: es un tipo de alga verdi-azul que crece en aguas cálidas. Posee una gran concentración de proteína, minerales (calcio, magnesio, zinc, potasio, Omega-3) y es una fuente vegetal de vitamina B12. Fue declarara por la Conferencia Mundial de la Alimentación de las Naciones Unidas de 1974 como el mejor alimento para el futuro.
- Baya del Acai: es de color púrpura procedente de Brasil. Se considera un alimento rejuvenecedor, desintoxicante natural, favorece la digestión y limpia el colon.
- Bulgur: muy usado en la cocina de Oriente Medio y África del Norte, es un alimento que se elabora a partir del trigo. Es una fuente de carbohidratos que dan la misma energía que la pasta, el arroz o los cereales.
- Kale: esta col rizada tiene propiedades antiinflamatorias, cardiovasculares y posee un alto poder antioxidante.
Otros alimentos como los arándanos, la granada, la cúrcuma, el jengibre, el té, los frutos secos o el pescado azul, podrían entrar dentro de la codiciada lista de los superalimentos.
¿Qué aportan los superalimentos a nuestra salud?
Como hemos comentado antes, “superalimentos” tienen propiedades antioxidantes, vitaminas, minerales y aportan fibra y grasas naturales muy necesarias para cuidar de la salud de nuestro organismo. Además, constituyen un probiótico natural que favorece o refuerza nuestra salud gastrointestinal y digestiva.
A su vez, nos previenen y protegen de enfermedades, reforzando el sistema inmune, y su poder terapéutico también se ve reflejado en sus cualidades antiinflamatorias y antimicrobianas.
Sin duda, todas estas ventajas son muy destacables, pero llevar una alimentación saludable y equilibrada es el primer paso hacia el bienestar físico y mental. Por eso, expertos nos recomiendan la dieta mediterránea, rica en nutrientes y compuesta por estos “superalimentos”.
Recuerda:
- Los superalimentos son aquellos alimentos con un gran potencial nutritivo, con propiedades antioxidantes, vitaminas, minerales, que nos aportan fibra y grasas naturales.
- El brócoli, ajo, quinoa o el aceite de oliva son alguno de los alimentos que más beneficios aportan a nuestro organismo, previniéndonos de algunas enfermedades.
- Una alimentación saludable y equilibrada, junto con ejercicio habitual es la mejor estrategia para mantenernos sanos.