La piscina y la playa son dos entornos en los que los niños suelen pasar los veranos. Pero, además, la natación es un deporte muy completo, ya que se ejercita todo el cuerpo y favorece el desarrollo físico, psíquico y emocional. Es por ello que suele formar parte del currículo de actividades extraescolares. En este sentido, es muy común que en esta época muchos padres se pregunten cuándo deben aprender a nadar los hijos.
Otro factor importante que mueve a muchas familias a inscribir a los niños en clases de natación es el de evitar posibles ahogamientos. Y es que la natación puede ser muy útil para prevenir este tipo de sustos. Sin embargo, es necesario ser conscientes de que todo se debe aprender a su debido tiempo. Entonces, ¿cuándo se debe aprender a nadar?
El momento ideal para aprender a nadar
Los expertos apuntan a la época de los 4 años como el momento perfecto para que los niños empiecen a familiarizarse con el entorno acuático. Esto se debe a que en esta edad la motricidad y coordinación del niño suelen ser lo suficientemente buenas como para manejarse en el agua.
Sin embargo, lo más común es esperar hasta los 5 ó 6 años para aprender a nadar al estilo crol. Estos son algunos consejos que debes tener en cuenta si estás pensando en inscribir a tu hijo en natación:
- Asegurarse de que la clase está al nivel del niño: los niños se sentirán seguros y con confianza para moverse por el agua si sus compañeros tienen un nivel similar.
- Cerciorarse de que las clases no son solo aprender a nadar: los niños también deben conocer las medidas de seguridad que se deben seguir en el entorno acuático.
- Probar una clase: la única manera de saber si el programa elegido es el adecuado es probando una sesión.
Recuerda que la gran mayoría de piscinas municipales públicas ofrecen estos servicios por un precio muy asequible y con todas las garantías.
5 pasos para enseñar a nadar a un niño
El sushi es una comida cada vez más popular en nuestro país. Sin embargo, está claro que no está hecho para todos los paladares. Dado que el congrio es tóxico si no se cuece antes, optar por un sushi de congrio preparado para el consumo puede ser toda una sorpresa para los comensales más reacios al sushi. Además, este pescado está de temporada ahora en otoño. Sigue estos sencillos pasos para hacer sushi de congrio:
No es nada raro que el encargado de enseñar a un niño a nadar sea un familiar o amigo, si bien siempre será más seguro que aprendan de la mano de un profesional. Al final, lo más importante es que el niño se sienta cómodo en el agua y se divierta aprendiendo la destreza de nadar. Por eso te ofrecemos 5 pasos clave para que puedas enseñar a nadar a un niño:
- Haz que pierda el miedo: es posible que el niño sienta respeto por el agua. Si esto ocurre, es recomendable animarle a entrar en el agua con todas medidas de seguridad y jugar con él hasta que coja confianza.
- Elegir lugares donde no cubra el agua: uno de los principales problemas de los niños al aprender a nadar es el miedo a hundirse. Por eso es necesario empezar el aprendizaje en algún lugar donde se pueda poner de pie rápidamente. Esto motivará su confianza y empezará a controlar la técnica para flotar.
- Sumergir la cabeza: ahora que el niño tiene suficiente confianza, es momento de sumergir la cabeza en el agua. Esto debe hacerse muy poco a poco y de arriba abajo. Es decir, en primer lugar, solo se debe sumergir la boca. Luego, añadir la nariz y, por último, los ojos. En este paso es crucial instruirle en los métodos de respiración y apnea.
- Empezar a mover los brazos y las piernas: este es el momento decisivo. Ayúdale a mantener una posición horizontal en el agua poniendo una mano bajo su barriga. Lo más probable es que al principio tiendan a hundirse un poco. Por eso es importante pedirles que muevan las piernas y los brazos en cuanto adopten la posición horizontal.
- Coordinar y practicar: de aquí en adelante, es cuestión de que logre coordinar el movimiento de las piernas con el de los brazos y finalmente consiga nadar solo. Ten en cuenta que este es el paso más largo, ya que cada niño aprenderá a un ritmo distinto.
Durante todo este proceso es fundamental ser comprensivo y didáctico, y no dejarle nunca solo en el agua. Motívale para que continúe aprendiendo y, al final, verás que habéis pasado un muy buen rato en familia.