En España, solo el 4% de las adolescentes se ven a sí mismas cursando carreras de ciencias, más conocidas como STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas, por sus siglas en inglés). Esto se debe a una multitud de factores que, en conjunto, dan lugar al efecto Matilda.
El nombre de este fenómeno hace honor a Matilda Joslyn Gage. Ella fue la primera mujer que denunció públicamente la falta de reconocimiento hacia los logros de las científicas. Sin embargo, el término “efecto Matilda” fue acuñado en 1993 por la historiadora Margaret W. Rossiter.
Efecto Matilda: qué es, sus causas y consecuencias
El efecto Matilda es el fenómeno por el cual los logros de las mujeres científicas han sido ignorados de forma sistemática a lo largo de la historia. Esto ha desplazado a las mujeres especialmente de las áreas de las ciencias, lo que ha derivado en una falta de referentes para las nuevas generaciones.
En España, esta problemática se manifiesta especialmente a través de la denominada “gráfica en tijera”. Esta gráfica muestra cómo a pesar de que en las universidades se gradúan más mujeres que hombres (aproximadamente el 60%), los puestos más altos de investigación son ocupados por hombres (más de un 70%). Esto deriva en una gran carencia de investigadoras mujeres no solo en España, sino prácticamente en todo el mundo.
Se apunta a esa falta de referentes y al síndrome del impostor como principales causas de que exista poca vocación científica entre las niñas. Así lo comprobó un estudio reciente, que concluyó que a la edad de 6 años las niñas tienden a abandonar las ciencias pensando que no son para ellas.
Cómo despertar el interés por las ciencias entre las niñas
Por todos estos motivos, la ONU bautizó el 11 de febrero como el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. El objetivo no es otro que poner de relieve las consecuencias del efecto Matilda y promover las vocaciones científicas entre las niñas. Estas son algunas formas de lograrlo:
- Combatir los estereotipos de género en la ciencia: existe la creencia de que las niñas son peores que los niños en esta área del saber. Sin embargo, esto no es cierto. Por eso es importante inculcar a los más pequeños que no existen asignaturas de niños y asignaturas de niñas.
- Ofrecer referentes: afortunadamente, cada vez existen más mujeres exitosas en el ámbito científico. Exponerlas y comentar su carrera científica suele ayudar bastante a que las niñas se visualicen a sí mismas en un camino similar.
- Promover la curiosidad científica: la ciencia no empieza con las sumas y las restas, sino cultivando la curiosidad de los más pequeños, incluyendo a las niñas, por el mundo que les rodea.
Tanto los padres y madres como el profesorado tienen un papel crucial a la hora de ayudar a disipar todos los factores que impiden que las niñas se conviertan en científicas. Por eso es imprescindible que se creen entornos que promuevan la idea de que las carreras de ciencias están al alcance tanto de los niños como de las niñas.