Las transfusiones de sangre tienen un papel muy importante en el cuidado de la salud, pero las donaciones voluntarias son la única manera de conseguirla. Esto podría solucionarse con la llegada de la sangre artificial, que se está posicionando como un avance revolucionario en el campo de la biomedicina.
Las donaciones de sangre tienen algunas limitaciones, y, aunque España (y el resto de países de ingresos altos) es autosuficiente, existen otras regiones que no lo son. Además, la conservación de la sangre es compleja, ya que cada uno de sus elementos necesita condiciones especiales. En general, la sangre humana tiene una vida útil de 42 días.
¿Qué es la sangre artificial?
La sangre artificial es una solución que podría replicar las funciones esenciales de la sangre biológica. Por el momento, no existe un sustituto de la sangre humana, ya que es un compuesto muy complejo. Principalmente, contiene glóbulos rojos (encargados de transportar el oxígeno), blancos (parte del sistema inmunológico), plaquetas y plasma.
Durante los últimos años, las investigaciones en este ámbito se han dirigido hacia una de las funciones principales de la sangre, que es suministrar oxígeno a todo el cuerpo. Estas son algunas de las vías de investigación abiertas:
- Desarrollo de la hemoglobina artificial: la hemoglobina es la proteína encargada de transportar las moléculas de oxígeno. Los científicos están desarrollando una hemoglobina recombinante capaz de transportarlo de manera eficiente, al igual que la hemoglobina natural.
- Cultivo de glóbulos rojos sintéticos: se han logrado avances importantes en la producción de glóbulos rojos a partir de células madre, pero sigue siendo un proceso lento e ineficiente. Además, un equipo del CSIC está tratando de desarrollar glóbulos rojos sintéticos que imitan las características de los naturales.
Es importante saber que uno de los desafíos más importantes que tiene la sangre artificial es la aceptación por parte del cuerpo que las recibe. Si el cuerpo rechaza los elementos sanguíneos, podría producirse una respuesta inmunitaria que, en el peor de los casos, podría provocar un shock anafiláctico.
¿Qué beneficios puede tener el uso de sangre artificial?
La sangre artificial podría solucionar los problemas más latentes de la medicina transfusional. Estos son algunos de los beneficios que puede tener el uso, en el futuro, de sangre sintética:
- Transfusiones sin riesgo: aunque las transfusiones de sangre son completamente seguras debido a los controles que se realizan previamente, el uso de sangre sintética evitaría cualquier tipo de exposición a patógenos.
- Personalización y compatibilidad: la sangre artificial podría personalizarse para cada paciente teniendo en cuenta sus necesidades específicas y características genéticas.
- Almacenamiento prolongado: la sangre artificial podría almacenarse durante más tiempo y en condiciones menos estrictas que la sangre humana. Esto facilitaría su transporte a zonas remotas y en situaciones críticas, como guerras o desastres naturales.
Además de estos beneficios, la sangre artificial permitiría reducir la dependencia de los donantes voluntarios. La ventaja sería clara para los países menos desarrollados, pero este avance sería beneficioso para toda la sociedad en general.