La farmacogenética es la ciencia que estudia cómo nuestras peculiaridades genéticas afectan a nuestra respuesta a los medicamentos que tomamos. El objetivo es lograr personalizar los tratamientos para que sean lo más seguros y efectivos posible.
Además de la farmacogenética, se estudia también la farmacogenómica, que considera las variaciones genéticas en todo el genoma en relación con la respuesta a los fármacos. En definitiva, la farmacogenómica es una ciencia que desvela las complejidades de cómo los genes impactan nuestras reacciones a los medicamentos.
La farmacogenética y la medicina personalizada
Imagina tener un mapa genético que permite reconocer cuál, de todos los tratamientos posibles para una enfermedad, es el más eficaz y seguro para cada persona. Eso es la farmacogenética, que analiza la forma en que nuestro cuerpo metaboliza los medicamentos, activa los compuestos y reacciona a los mismos.
Es decir, la farmacogenética es una parte más de la medicina personalizada y de precisión. Esto significa que, en vez de dar “café para todos”, los médicos podrán ajustar los medicamentos a las características genéticas de cada paciente.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que el desarrollo de la farmacogenética se enfrenta a desafíos importantes. Por ejemplo, algunas cuestiones éticas o la necesidad de su implementación de forma generalizada. De tal modo que podamos dar pasos hacia un futuro en el que la medicina personalizada sea la norma, y no la excepción.
¿Cómo se aplica en la vida real?
Pero, ¿qué usos prácticos tiene la farmacogenética? Estos son solo algunos de ellos:
- Optimización del tratamiento: la principal razón de ser de la farmacogenética es la personalización del tratamiento. Es decir, mejorar los medicamentos teniendo en cuenta las diferencias genéticas que afectan a su eficacia y seguridad. Esto es especialmente interesante en el campo de las terapias oncológicas.
- Evitar efectos adversos: la personalización de los medicamentos puede ayudar a evitar no solo los efectos adversos, sino también los secundarios. Esto permitiría eliminar las posibles cascadas de prescripción.
- Uso preventivo: es decir, realizar pruebas genéticas antes de prescribir un tratamiento. En vez de esperar a que el paciente necesite un medicamento en particular, se analizan las variaciones genéticas de forma proactiva, anticipando posibles tratamientos futuros. Se perfila conveniente en el caso de enfermedades crónicas o hereditarias.
En conclusión, la farmacogenética y la farmacogenómica son ciencias que aún están en desarrollo, si bien ya ofrecen un atisbo de cómo puede ser la medicina personalizada del futuro.