En una nueva entrega de La Mirada ASISA, hemos contado con la visión de Tomás Fuertes, presidente del Grupo Fuertes (El Pozo), sobre lo que significa hoy en día ser empresario, qué es necesario para gestionar un proyecto de las dimensiones del Grupo Fuertes y sobre la responsabilidad personal que tiene el ser humano con la sociedad. Hablamos en La Mirada ASISA de la empresa como ejemplo de vida.
“Cuando tenía ocho años me preguntaron qué quería ser de mayor. La respuesta fue: quiero ser algo”, así empieza la conversación con Tomás Fuertes, presidente del Grupo Fuertes. Años después, y tras centrarse en crecer como persona encontró su vocación: “Ser empresario”, y así es como cogió el testigo de una idea humilde que nació en 1935. La siguiente pregunta es obligada: ¿qué es ser empresario? “Es coordinar valores humanos, técnicos y económicos para conseguir dos cosas que la sociedad necesita: crear puestos de trabajo y riqueza”.
Lo tiene claro el presidente de una empresa que durante los años de pandemia, creció y se puso como objetivo tranquilizar a sus consumidores ante la preocupación por la posible falta de suministro alimentario y siempre teniendo en cuenta la necesidad de cuidar a los suyos implementando todas las medidas de seguridad necesarias.
Tomás Fuertes no se considera un buen empresario y, sin caer en la falsa modestia, se explica: “Soy un empresario, pero no bueno, porque la persona no está acabada. Lo que ha hecho una persona en su vida no tiene importancia. Lo que importa es lo que va a hacer, que es un síntoma de que estás vivo. Y si estás vivo, tienes la oportunidad de poder hacer, siempre desde unos principios positivos”.
La Mirada ASISA la empresa como ejemplo de vida: la alimentación del futuro
Tomás Fuertes tiene muy claro que para triunfar en un negocio es necesario adaptarse y tener en cuenta una visión “progresista y conservadora. Siempre hay que mejorar como decimos nosotros: con lo mejor del ayer y lo mejor del mañana, hacemos el hoy. La realidad es hoy”.
Esta visión le lleva a tener una idea clara de cómo será la alimentación del futuro: “Será una alimentación personalizada, con mucha importancia en la composición y la cantidad que debe tomar cada persona. Y hay que tener en cuenta el metabolismo, la edad, el ejercicio, el trabajo”. Lo ideal para el presidente del Grupo Fuertes sería tener tres carnets, el de identidad, el de conducir y otro en el que se refleje la alimentación. Con esta información en los centros sanitarios se podría conocer qué es lo que necesita la persona, ya que una buena alimentación salva vidas.
Bajo su punto de vista “las empresas de alimentación tienen la responsabilidad de hacer alimentos saludables” en el marco también de la legalidad. Y aquí entra la visión progresista de un empresario: “Con la llegada de la inteligencia artificial se podrá conocer el alimento y la dosis que se ajusta al organismo de cada persona”.
La responsabilidad individual, los valores y la ilusión
Cuando se le pregunta al presidente del Grupo Fuertes cómo ha sido posible transformar una idea humilde en una gran empresa, explica su fórmula: “Se construye ladrillo a ladrillo. Hoy en día para hacer algo grande es necesario actividad, lo que es el trabajo, tecnología de última generación y cariño. Nuestro objetivo siempre ha sido ser los mejores, no los más grandes”.
En esta misma línea, Tomás Fuertes hace hincapié en la responsabilidad individual: “Mientras estamos vivos tenemos la obligación de aflorar nuestros valores, de tener aspiración”. Y tiene muy claro qué es triunfar hoy en día: “Triunfa aquella persona que ha sabido optimizar sus recursos, no ser perezoso y ser capaz de escarbar en la opciones que tiene”. Además de todo esto, Fuertes cree necesario mantener un punto de valentía y ambición, que no avaricia, y estar acompañado de “dos buenos profesores: la reflexión y el sentido común”, para tener éxito
Como cierre a este episodio de La Mirada ASISA: la empresa como ejemplo de vida, el presidente del Grupo Fuertes afirma que “la persona tiene que darse cuenta de que ha nacido y antes de morir debe escarbar y no hacer otra cosa que no sea lo que puede hacer, pero debe hacerlo, y para eso se necesita ilusión. El arte de vivir es el que te hace enlazar ilusiones. Si tienes una ilusión, lucha por ella y luego enlaza con otra. Todo esto te ayuda a aflorar todos esos conocimientos que tienes, sobre todo para el servicio hacia la humanidad y la sociedad”.