Según George R. Seage, profesor de la Escuela de Salud Pública de Harvard, sí. Se puede atisbar un final para el VIH.
Hace unos meses el Profesor Seage, director del Programa de Epidemiología de Enfermedades Infecciosas en la HSPH, impartió la conferencia ’30 plus Years of HIV/AIDS: The Beginning, the Middle, the End?’ dentro de los actos de formación de la Cátedra ASISA-Universidad Europea de Ciencias de la Salud. En ella explicó la historia de la epidemia del VIH, cómo ha cambiado la visión de la sociedad y los avances en el tratamiento y prevención y aseguró que “se puede atisbar un final para el VIH”.
Desde la aparición de los primeros casos en 1981 publicados en la publicación MMWR (Morbidity and Mortality Weekly Report) de los Centros de control y prevención de enfermedades (CDC por sus siglas en inglés) de Estados Unidos; creando una alarma social por la elevada mortalidad de una afección que era desconocida y que causó un estigma social para los portadores porque no se sabía cómo se transmitía.
Pasando por el año 1994, cuando comienza el cambio y se empieza a trabajar en la prevención para evitar un mayor número de contagios; hasta llegar a la actualidad, en la que se sigue luchando por la erradicación pero donde el miedo inicial queda muy atrás.
Con aún miles de nuevas infecciones al día en todo el mundo, las investigaciones para encontrar retrovirales más efectivos o la implantación de nuevas fórmulas para la concienciación de la protección/medicación, el profesor Seage señaló que “uno de los aspectos más importantes es la prevención de transmisión del VIH de madre a hijo para crear una generación libre de SIDA”.
Y, aunque se han dado dos casos en el mundo donde tras detectarse la enfermedad los sujetos han dejado de tenerla -el ‘Paciente Berlín’ y el ‘Bebé de Mississippi’- estos no son representativos ni extrapolables para el resto de la población. No obstante, como apuntó el profesor Seage, “el tratamiento es prevención y ya se ha llegado a reducir en un 96% el riesgo de transmisión a la pareja sexual”. De hecho en ciudades como San Francisco, por ejemplo, están muy cerca de erradicar el VIH con tan solo dos nuevos casos registrados en un año. Esta realidad es la que justifica el optimismo del profesor Seage sobre la evolución de la enfermedad y la perspectiva de poder erradicarla a medio plazo.