Visitar sitios desconocidos, interactuar con diferentes culturas y disfrutar de otras tradiciones o gastronomías son algunas de las experiencias más gratificantes de nuestra vida. Por esto, tener una enfermedad crónica no significa tener que dejar de viajar. Con unas simples recomendaciones aprenderemos a disfrutar de los viajes sin riesgos.
Antes de viajar
- Consultar a nuestro médico: es necesario consultar si con nuestra patología:
- Podemos viajar al destino elegido.
- Si necesitamos ajustar la medicación o necesitamos alguna extra.
- Si es necesario vacunarse.
- Informe médico: es necesario viajar con un informe médico, firmado y sellado, lo más detallado posible sobre la enfermedad y el tratamiento. Es recomendable llevar varias copias y también tenerlo traducido al inglés.
- Comprobar las condiciones sanitarias del lugar de destino: qué tipo de sanidad tienen, dónde están los hospitales más cercanos, etc. Es recomendable viajar a lugares donde tengamos acceso a una sanidad primaria, centros hospitalarios y medicinas.
- Organizar el viaje: es conveniente planear bien una ruta de viaje y no realizar actividades que pongan en riesgo nuestra salud.
- Apuntar los teléfonos de emergencia: en conveniente llevar los teléfonos de emergencia para no depender del acceso a Internet.
- No olvidar el tratamiento: es fundamental preparar un buen botiquín:
- Revisar que llevamos la medicación suficiente para los días que vayamos a estar fuera.
- Conocer el principio activo de nuestra medicación por si necesitamos adquirirlo en el lugar de destino.
- Comprobar que la medicación cumple la legislación vigente (cantidad de medicación, prohibiciones nacionales, locales, etc).
- Contar con un seguro de viaje: siempre acorde a nuestras necesidades. Existen varios tipos: seguros de cancelación, de evacuación y traslado de pacientes o los seguros de salud.
- Documentación de enfermedad: es conveniente que toda la información de nuestra enfermedad, nuestro seguro de viaje, informe médico, etc, esté todo junto y bien ordenado.
- Viajar acompañado: es más seguro que viajemos acompañados si tenemos una enfermedad crónica. En caso de viajar solos, es recomendable informar de nuestra situación a las personas con las que compartamos la experiencia. b
Durante el viaje:
- No olvidar la medicación: para que esto no pase es buena idea tener una alarma que nos avise para tomar nuestra medicación.
- Mantener los hábitos: es fundamental continuar, en la medida de lo posible, con las buenas costumbres para controlar nuestra enfermedad. Y controlar la comida y la bebida.
Después del viaje:
- Realizar una revisión: es conveniente que a nuestro regreso visitemos al médico para que revise nuestra salud y haga un balance de nuestro estado.
Recuerda:
- Tener una enfermedad crónica no debe ser un impedimento para viajar. Solo debemos tener una serie de precauciones, antes, durante y después del viaje.
- Llevar un informe de nuestra enfermedad y tratamiento, también en inglés, indicará al personal sanitario de otros países nuestra situación.
- Es recomendable que a nuestra vuelta, visitemos a nuestro médico para un chequeo.