El mal aliento o halitosis puede resultar incómodo para muchas personas, hasta el punto de afectar las relaciones sociales y laborales. Por eso es importante prestarle atención y tomar medidas para evitarlo.
Como es de esperar, la forma más básica de evitar y prevenir el mal aliento es mediante una adecuada higiene oral. Sin embargo, la aparición de la halitosis no siempre está condicionada al cepillado de los dientes.
7 posibles causas del mal aliento
Una de las causas más comunes del mal aliento es una higiene dental incompleta. Y es que cepillarnos los dientes no es suficiente: es necesario usar hilo dental todos los días para eliminar las partículas de comida que se quedan en las zonas interdentales. Pero, además, existen otras 7 causas que pueden provocar mal aliento:
- Alimentación: el consumo de alimentos como la cebolla, el ajo o algunas especias puede causar que el aliento huela mal incluso después de cepillarnos los dientes.
- Tabaco: fumar tabaco, en sí, provoca un olor desagradable en la boca. Pero, adicionalmente, este hábito puede provocar enfermedades en las encías que también pueden derivar en halitosis.
- Mala higiene de la lengua: a menudo, entendemos que el cepillado de los dientes es sinónimo de higiene oral. Sin embargo, es muy importante llevar a cabo una limpieza adecuada de la lengua. En ella también se depositan partículas de comida que, de no ser eliminadas, pueden causar halitosis.
- Boca seca: la boca seca o xerostomía es una afección por la que la producción de saliva disminuye, causando la aparición de cuadros de halitosis. Por otro lado, la boca seca también suele ocurrir durante el sueño, lo que genera el habitual mal aliento por las mañanas.
- Medicamentos: existen muchos medicamentos en los que la boca seca es un efecto secundario frecuente, por lo que su uso conlleva la aparición de mal aliento.
- Infecciones y heridas: la presencia de infecciones, llagas o caries en la boca o los dientes puede provocar halitosis.
- Tonsilolitos: los tonsilolitos son cálculos que se forman en las amígdalas y que están cubiertos de bacterias que producen olor. Estas serían las causantes del mal aliento en las personas con tonsilolitos.
Además, existen enfermedades en las que el mal olor del aliento es un síntoma más. Es el caso de algunos trastornos metabólicos y del reflujo crónico de ácidos estomacales. En este caso, lo más recomendable es consultar con el especialista acerca de cómo proceder para reducir el alcance de la halitosis.
7 consejos para evitarlo
Una vez conocidas las posibles causas del mal aliento, es importante tener recursos para evitar su aparición. Estos son los 7 trucos más efectivos para evitar el mal aliento:
- Cepíllate los dientes después de comer: asegúrate de tener siempre a mano un cepillo de dientes para lavártelos después de cada comida. Además, recuerda cambiar tu cepillo de dientes cada 3 o 4 meses.
- Elige bien el dentífrico: en general, las pastas de dientes suelen dejar buen aliento tras el cepillado. Sin embargo, se recomienda optar por dentífricos con propiedades antibacterianas, ya que estos son los encargados de eliminar las bacterias que causan el mal olor.
- El hilo dental, al menos una vez al día: la reducción de partículas de comida en las zonas interdentales ayuda enormemente a reducir la placa, lo que se traduce en el control del olor del aliento.
- Cepilla también la lengua: en la actualidad, muchos cepillos de dientes traen incorporado un limpiador para la lengua. Pero, además, existen raspadores que realizan esta tarea con una eficacia mucho mayor.
- Evita la boca seca: masticar chicle o chupar caramelos (mejor si no tienen azúcar) puede ayudar a la producción de saliva en casos de boca seca.
- Ajusta tu dieta: no solo la cebolla y el ajo causan mal aliento, sino que se han asociado las dietas con alto contenido en azúcar con la halitosis.
Por último, pero no menos importante, acude a tu dentista de forma regular, es decir, una vez al año como mínimo. A través de estas revisiones no solo podremos obtener información sobre cómo manejar la halitosis, sino que también se puede prevenir la aparición de otras enfermedades de la boca.