En ciertas ocasiones escuchamos ruidos en nuestros oídos que no proceden del exterior, sino de nuestro interior. Estos sonidos, que pueden tener forma de zumbido o de pitido más o menos agudo, es lo que conocemos como acúfenos o tinnitus y suelen percibirse con más intensidad en entornos silenciosos.
La mayoría de las personas hemos experimentado estos sonidos tras exponernos a ruidos fuertes, como los de un concierto, y desaparecen al poco tiempo. Sin embargo, en algunas personas están presentes durante períodos más largos e incluso pueden llegar a ser crónicos. Cuando esto sucede, los acúfenos pueden tener consecuencias sobre la persona que los sufre como estrés, ansiedad o insomnio.
Principales tipos de acúfenos
Dado que los acúfenos tienen causas diversas, podemos encontrar varios tipos:
- Acúfenos subjetivos: son los más habituales y se caracterizan por un sonido que solo puede ser percibido por la persona que sufre el acufeno. Normalmente suceden por la exposición a ruidos fuertes y el sonido no es constante. Varía en intensidad y esto puede dificultar la concentración cuando es muy fuerte.
- Acúfenos objetivos: en este caso, aunque el sonido se produce en el interior del cuerpo, los profesionales pueden percibirlo a través de un examen físico y, a menudo, va acompasado con los latidos del corazón. Son los menos frecuentes, pero pueden tratarse al encontrar el origen del sonido.
- Acúfenos sensoriales: suelen ser indicativo de que existe un problema con el sistema auditivo que debe ser tratado, como una infección.
- Acúfenos somáticos: su causa está relacionada con el tacto y el movimiento. Cuando torcemos el cuello o cuando tenemos un problema dental, esto puede desencadenar el tinnitus.
¿Es posible prevenir el tinnitus?
Existen todavía muchas incógnitas en torno a los acúfenos, su origen y sus posibles soluciones. No obstante, existen algunos consejos que podemos llevar a cabo para intentar evitarlos.
- Higiene de los oídos: la acumulación de cerumen también puede dar origen a un acúfeno, por lo que debemos mantener nuestros oídos
- Cuidar las cervicales: el tinnitus aparece con frecuencia cuando hemos tenido una mala postura, una contractura o un latigazo cervical. Por eso, debemos mantener una buena postura al sentarnos o al dormir y realizar ejercicio físico que nos ayude a fortalecer los músculos que rodean la columna vertebral.
- Evitar los ruidos muy fuertes: en la medida de lo posible, debemos mantenernos alejados de ruidos excesivos y, cuando no sea posible, utilizar tapones específicos que atenúen el sonido que recibimos.
- Vigilar el estrés y el cansancio: estos son factores que pueden contribuir al desarrollo de acúfenos, así que debemos intentar reducirlos.
- Evitar los cambios de presión: es aconsejable reducir las situaciones en las que sometemos a nuestros oídos a cambios bruscos de presión, por ejemplo, deportes como la escalada o el submarinismo. Además, en el caso de que tengamos cualquier problema de audición, es recomendable consultar con un especialista antes de realizar estas actividades.
- Tratamientos farmacológicos: algunos medicamentos pueden tener como efecto adverso la aparición de tinnitus. Cuando esto sucede, es conveniente consultar con el profesional que nos ha recetado la medicación.
Aunque no están considerados como una enfermedad en sí mismos, los acúfenos sí pueden ser indicativos de un problema de salud o de una posible pérdida auditiva. Y es que el 85% de las enfermedades auditivas van acompañadas por este fenómeno. Por este motivo, es importante consultar con un especialista si comenzamos a percibirlos.
Recuerda:
- Cuidar nuestra postura, mantener una buena higiene y evitar los ruidos fuertes es útil para evitar el tinnitus.
- Un acúfeno puede ser síntoma de un problema auditivo, por lo que debemos consultar con un especialista si aparecen.
- Los acúfenos pueden tener muchas causas, desde físicas, hasta psicológicas o farmacológicas.