Millones de personas sufren cada día las consecuencias de una enfermedad respiratoria. Según los datos proporcionados por la Organización Mundial de la salud (OMS), existen alrededor de 235 millones de asmáticos en todo el planeta. Además, muchas personas que sufren enfermedades de este tipo (como la rinitis alérgica), a menudo no llegan a diagnosticarse. Pero si estamos hablando de patologías con una prevalencia en la población mundial tan alta, ¿por qué hay tantos miles de personas que no saben que las padecen?
A continuación vamos a ver algunas de las patologías más frecuentes y a aprender a detectar cuáles son sus síntomas. Además, os damos algunos sencillos consejos para reducir la posibilidad de padecerlas.
- Neumonía: los síntomas de esta enfermedad son fiebre, escalofríos, dificultad respiratoria y dolor torácico. Los expertos indican que la principal prevención para la neumonía es la vacunación contra la gripe y el neumococo, además, se deben mantener unas normas de higiene adecuadas. Evitar la exposición al humo del tabaco nos ayudará a reducir el riesgo también.
- Asma: Se caracteriza por la aparición de episodios de dificultad respiratoria. Podemos notar sus síntomas en forma de tos, presión en el pecho o sibilancias (sonido agudo al respirar). Muchas veces, esta enfermedad se desencadena debido a polvo, humo o ácaros. La principal acción de prevención es no fumar, pero también debemos evitar la exposición a los agentes que la desencadenan. Además, es conveniente realizar deportes aeróbicos como ciclismo, natación o aeróbic.
¿Cómo podemos cuidar nuestros pulmones?
Además de reconocer los síntomas de estas enfermedades y acudir al médico, muchas veces la mejor forma de prevenir estas enfermedades se encuentra en modificar nuestra rutina. Con estos sencillos consejos podemos cuidar nuestros pulmones y ayudarles a prevenir determinadas enfermedades.
La primera decisión que tenemos que tomar si queremos mejorar nuestra salud pulmonar es dejar de fumar, si es que lo hacemos. Llevando a cabo esta medida, conseguiremos depurar y fortalecer nuestros pulmones.
En segundo lugar es fundamental llevar una alimentación sana. Además, hay alimentos que son un plus a la hora de combatir enfermedades respiratorias como es el caso de ajo, que ayuda a abrir los bronquios y colabora con la eliminación de materiales nocivos encontrados en los pulmones. Mantener una dieta rica en antioxidantes como las frutas o las verduras, disminuir el consumo de grasas y embutidos nos ayudarán también a combatir este tipo de enfermedades.
El deporte va a ser nuestro aliado para depurar nuestros pulmones. Concretamente aquellos en los que se realizan ejercicios aeróbicos nos ayudan a mejorar nuestra respiración. Correr, caminar, bailar o incluso pilates son algunos ejemplos. Además, también podemos aprovechar para realizar una escapadita a la montaña con el objetivo de hacer alguna ruta interesante y respirar aire puro.
Por último, nos tenemos que reír más. La risa nos ayuda a aumentar nuestra capacidad pulmonar y a mantener la sangre más oxigenada.
Ya es hora de darle la importancia que se merecen nuestros pulmones: aléjate del tabaco, come sano, practica deporte y ríe siempre que puedas.