Desde el momento en el que nace, el bebé precisan de muchos cuidados y atenciones. Son totalmente dependientes de nosotros, queremos lo mejor para ellos y por este motivo, la salud y el cuidado de los recién nacidos son una de las principales preocupaciones de los padres, incluso desde antes de nacer.
Alimentación e higiene del bebé
La llegada de un nuevo niño al hogar supone la toma de una serie de medidas para mantener el cuidado y salud del pequeño miembro de la familia.
Con respecto a la alimentación, lo primero que debemos recordar es que la leche materna es la mejor opción tanto para el bebé como para la madre, para asegurar la salud y supervivencia de los niños. No obstante, dar de mamar siempre es una decisión personal.
En lo que se refiere a la higiene, durante las primeras semanas debemos prestar especial atención sobre el cordón umbilical. Se suele caer entre la primera y segunda semana y, hasta que se caiga, se debe mantener la zona especialmente limpia y seca. Una vez se haya desprendido, debemos vigilar su evolución hasta que esté completamente seco.
Otro de los momentos importantes es la hora del baño. Lo ideal es que este se produzca antes de las tomas y por las noches, ya que le relajará y favorecerá el sueño. Debemos tener en cuenta que el baño ha de ser breve y la temperatura del agua agradable (34-36ºC). Es realmente importante no dejar solo al bebé en ningún momento y sujetarlo muy bien para que no se sumerja en el agua. Una vez finalizado el baño debemos secarlo correctamente, especialmente en pliegues del cuello, orejas, axilas e ingles. Si la piel está seca o descamada, se pueden utilizar cremas hidratantes.
A la hora de cambiar el pañal, este debe ser cambiado tantas veces sea necesario, es muy importante mantener seco y limpio al bebé.
Cuidados de salud generales
En lo relacionado con los cuidados básicos de la salud, es importante que observemos al bebé para valorar su estado y si sufre algún tipo de patología, no obstante existen una serie de precauciones que podemos tomar para prevenir enfermedades.
En primer lugar, debemos mantener limpios y bien ventilados los lugares en los que está el bebé, teniendo especial cuidado con las corrientes de aire. Un error común es abrigar al niño en exceso, los niños notan la misma temperatura que nosotros, por ello no necesitan más ropa que una persona adulta. Además, sus vestimentas han de ser cómodas y fáciles de abrochar.
Por otra parte, debemos mantener a los pequeños alejados de personas enfermas, para así evitar contagios.
Ahora que llega el calor, es fundamental proteger a los bebés del sol. Debemos evitar su exposición directa a los rayos solares, además de proteger su cabeza con una gorra y utilizar la protección solar más adecuada a su edad.
Y, por último, es muy importante cumplir con los controles periódicos del Centro de Salud y el calendario de vacunas. Además, si observamos que el bebé sufre algún tipo de anomalía, debemos acudir al pediatra inmediatamente y que él haga su diagnóstico. Nunca debemos utilizar antibióticos que no hayan sido recetados por el especialista.
Prevención de accidentes
Existen elementos cotidianos que pueden ser peligrosos para los más pequeños, llegando a provocar accidentes. Algunas de las medidas que tenemos que tomar para evitarlos son:
- No dejar a su alcance objetos que puedan ser ingeridos, desde medicinas o productos de limpieza (que pueden producir una intoxicación) hasta piezas pequeñas (que le puedan provocar un atragantamiento o asfixia).
- Proteger las escaleras con barandillas, para evitar caídas.
- Mantener a los niños alejados de las ventanas.
- En el coche, los bebés deben viajar siempre en la silla de seguridad homologada y correspondiente a su edad.
- Una medida básica y fundamental es no dejarlos nunca solos y mantenerlos bajo vigilancia de un adulto.
Los bebés son especialmente delicados, por ello es normal que los padres primerizos se sientan atemorizados. Pero siguiendo estos sencillos consejos, con la ayuda de su pediatra, y con un poco de práctica, estos temores irán desapareciendo.
Recuerda:
- La elección de la leche materna es la mejor opción tanto para el bebé como para la madre, favoreciendo su salud y supervivencia
- Debemos mantener limpios y bien ventilados los lugares en los que está el bebé, teniendo especial cuidado con las corrientes de aire.
- Es muy importante cumplir con los controles periódicos del Centro de Salud y con el calendario de vacunas