La granada tiene su origen en la antigua Persia, en territorios que actualmente constituyen Irán y Afganistán, y también era consumida en Egipto y norte de África. Era una de las frutas más apreciadas por su capacidad para crecer en zonas desérticas y su piel dura, que permitía transportarla a grandes distancias. A través del Mediterráneo llegó a España, donde se cultiva desde entonces por su exquisito sabor y sus excelentes propiedades nutricionales.
De sus múltiples variedades, las más cultivadas y consumidas en nuestro país son la Grano Elche, la Mollar de Játiva y la Mollar de Valencia. A la hora de elegir esta fruta de otoño e invierno, debemos preferir las que tienen tonos rojizos y marrones, que pesen bastante en relación a su tamaño y que tengan la piel fina, tersa y dura.
Beneficios para nuestra salud
Incluir esta fruta en nuestra alimentación puede reportarnos interesantes beneficios para la salud, pues tiene múltiples propiedades.
- Antioxidante: su color rojo procede de los polifenoles, un potente antioxidante que nos ayuda a contrarrestar la acción de los radiales libres y reducir el estrés oxidativo.
- Antiinflamatoria: la granada contribuye a reducir la inflamación en el intestino y mejora la digestión.
- Regulación de la presión arterial: diversos estudios apuntan a que el consumo de zumo de granada tiene efectos beneficiosos a la hora de reducir la presión arterial.
- Vitamina C: una sola granada contiene el 40% de la cantidad diaria recomendada de este nutriente, que ayuda a la absorción del hierro.
- Ácido fólico. Esta fruta es rica en ácido fólico, un nutriente que ayuda a la formación de los glóbulos rojos y que está especialmente recomendado en el embarazo.
- Potasio: este tipo de electrolito contribuye al funcionamiento correcto de los músculos y el sistema nervioso, así como a mantener la constancia en el ritmo cardíaco.
Tres formas de incluir la granada en la dieta
Lo más habitual es tomar la granada como postre o en zumo, tal como se hace con muchas otras frutas. Sin embargo, este alimento tiene muchas más posibilidades.
- Complemento para platos fríos: es un complemento ideal para dar un toque dulce a ensaladas y a otras preparaciones frías como el guacamole.
- Acompañamiento para los lácteos: los quesos o el yogur forman un gran equipo con la fruta. Prueba a hornear berenjenas o calabacines con queso o salsa de yogur y rematarlos con un poco de granada por encima tras sacarlos del horno. Del mismo modo, unas tostadas con queso batido con granada y trocitos de nuez pueden ser un entrante sabroso y saludable.
- Mermelada de granada: una buena forma de poder disfrutar de esta fruta de temporada todo el año es preparar mermelada. Tras limpiar y desgranar, se trituran los granos con una batidora y se pasa por el colador para eliminar los restos de las semillas. El jugo que quede se pone a hervir junto con la mitad de su peso en azúcar y el zumo de medio limón. Cuando haya adquirido la consistencia de una mermelada, se aparta del fuego, se distribuye en tarros y se deja enfriar.
Recuerda:
- La mejor época para consumir la granada es el otoño y el invierno.
- Se trata de un alimento rico en antioxidantes y que ayuda a regular la presión arterial.
- La granada es ideal para acompañar ensaladas y platos con queso o yogur.