El ser humano es social por naturaleza y uno de sus objetivos a lo largo de la historia, ha sido la búsqueda de la felicidad, que influye incluso en la salud. Y, aunque conseguir ser feliz es un trabajo individual y hay técnicas como el Ikagai o el Hygge que nos ayudan, hay factores, como el estrés o la ansiedad, que nos impiden ser plenamente felices. Además, nos podemos encontrar personas negativas que, en lugar de ayudarnos a crecer y ser positivos, nos desgasten psicológicamente: son las llamadas personas tóxicas.
¿Qué son las personas tóxicas?
En psicología se utiliza el concepto “tóxicas” para definir a aquellas personas que tienen una mentalidad negativa, comportamientos que perjudican a quienes les rodean y también a sí mismas, son manipuladoras y, por lo general, suelen tener baja autoestima.
Mantienen relaciones absorbentes con los demás y provocan una sensación de agotamiento, emociones negativas e incluso estrés.
¿Cómo reconocer a las personas tóxicas?
Hay algunos rasgos comunes de las personas tóxicas que nos ayudan a identificarlas:
- Egocentrismo: hablan continuamente y en exceso de sí mismas. Todo lo suyo está por encima de lo de los demás.
- Pesimismo: todo su discurso se articula sobre una visión pesimista y las quejas constantes.
- Victimismo: se convierten en las víctimas de todas las situaciones y culpan a los demás de todo lo malo que les sucede.
- Envidia y celos: desean siempre lo que consiguen los demás y nunca se alegran de los logros ajenos.
- Falta de empatía: como son el centro de todo, carecen de la capacidad de ponerse en el lugar de los demás.
- Infelices: en el fondo, toda su manera de comportarse no les permite vivir en paz y ser felices.
Es importante señalar que las personas tóxicas pueden cambiar su conducta y mejorar su relación con los demás.
Tipos de personas tóxicas a las que evitar:
Entre las personas tóxicas existen diversos perfiles que es aconsejable evitar si lo que uno quiere es ser feliz y disfrutar de la vida:
- Victimista: transmite a los demás el sentimiento de culpabilidad y por tanto les responsabiliza de lo que le ocurre.
- Agresivos: personas que intentan humillar a sus víctimas y las hace sentirse débiles a través del lenguaje verbal.
- Manipuladores: utilizan la mentira como arma para beneficiarse. Suelen pasar desapercibidos en un primer momento.
- Envidioso: desean todo lo que los demás poseen y siempre intentarán sabotearlo.
- Narcisista: con aires de superioridad, se creen perfectas y no toleran que se les lleve la contraria.
- Pesimista: únicamente piensan de manera negativa y todo les afecta. Son más conocidos como vampiros energéticos.
Los vampiros energéticos
Al pensar en vampiros no debemos retratarlos como en las novelas o películas de ficción. Se trata de personas reales, seres humanos, y no chupan sangre: absorben energía. Los vampiros energéticos son expertos en manipulación y, además de pesimistas, no conocen el concepto de reciprocidad; obtienen lo que quieren sin dar nada a cambio.
Cómo evitar a las personas tóxicas
Seguro que alguna vez nos hemos encontrado con este tipo de personas tóxicas en cualquier ámbito de nuestra vida. Es posible evitar el efecto de las personas tóxicas siguiendo una serie de recomendaciones:
- Practicar la asertividad.
- Aprender a poner límites.
- Saber decir no.
- No adoptar su misma actitud.
- No personalizar la situación.
Lo ideal en estos casos es alejarse de este tipo de personas y centrarse en lo positivo que uno tiene en su vida y tomar la situación como un aprendizaje.
Recuerda:
- Las personas tóxicas están presentes en la sociedad y desprenden tanta negatividad que son capaces de contagiar a los demás.
- Son personas que no dejan de quejarse, se comparan con las demás y no aceptan consejos.
- Lo mejor ante estas personas es ignorarlas para que no absorban tu energía y te impidan ser feliz.