La vitamina K es un nutriente de gran relevancia para nuestra salud. Este componente contribuye a la coagulación de la sangre y al correcto mantenimiento de los huesos. Además, tomar alimentos con vitamina K también nos ayudará a evitar la calcificación de tejidos blandos.
La cantidad diaria recomendada de vitamina K va en aumento, desde los 30 microgramos para niños entre 1 y 3 años, hasta los 90 mirogramos para mujeres y los 120 microgramos para hombres adultos. Una deficiencia grave de este nutriente puede provocar hematomas y hemorragias, ya que la sangre coagulará más lentamente. Asimismo, también puede aumentar el riesgo de osteoporosis.
Top 10 de alimentos con vitamina K comunes y no tan comunes
Podemos encontrar vitamina K en multitud de alimentos, especialmente de origen vegetal. Estos son los alimentos que más vitamina K nos aportan. Algunos de ellos son muy habituales en nuestras cocinas, pero otros son más sorprendentes.
- Natto: es un derivado de la soja fermentada, muy rica en vitamina K y en probióticos. Puede usarse como guarnición y añadirla a ensaladas o platos de pasta.
- Berza: este vegetal muy usado en el norte de España aporta hierro, fibra, calcio y, cómo no, vitamina K.
- Brócoli: además de ser un excelente antioxidante gracias al sulforafano, aporta una buena cantidad de vitaminas C y K.
- Edamame: este snack saludable nos aporta vitamina K, proteínas y fibra, que ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre.
- La calabaza refuerza nuestras defensas, tiene propiedades antioxidantes y además nos aporta una buena cantidad de vitamina K.
- Espárragos: estas verduras, además de vitamina K, tienen un alto contenido en folato, que está relacionado con la protección frente algunos tipos de cáncer.
- Piñones: su vitamina E ayuda al funcionamiento del sistema inmunológico y su zinc actúa como antioxidante natural. En ellos podemos encontrar un excelente complemento con vitamina K para nuestras comidas.
- Sauerkraut: al igual que otras verduras fermentadas, el sauerkraut tiene una importante cantidad de vitamina K y contribuye a la buena digestión de los otros alimentos.
- Quesos duros: aunque podemos encontrar vitamina K en todos los quesos, los que están más duros suelen tener mayor cantidad. Además, también son ricos en vitaminas A y D, que nos ayudan a absorber el calcio.
- Kiwis: contienen el doble de vitamina C que la naranja y también aportan fibra magnesio, potasio, fósforo y vitaminas A, E y, por supuesto, vitamina K.
Precauciones para las personas con tratamientos anticoagulantes
Las personas que toman medicamentos anticoagulantes antagonistas de la vitamina K deben regular el consumo de este nutriente para mantener un equilibrio adecuado que no altere la eficacia de los fármacos. En estos casos, lo más recomendable es evitar los alimentos más ricos en vitamina K y regular el consumo de aquellos que tienen un contenido medio y bajo de este componente.
Recuerda:
- La vitamina K contribuye a la coagulación de la sangre, por eso las personas con tratamientos anticoagulantes deben regular su consumo.
- Los alimentos de origen vegetal y fermentados suelen tener un alto contenido en vitamina K.
- La deficiencia grave de vitamina K puede producir hematomas, hemorragias y aumentar el riesgo de osteoporosis.