El Día Mundial de la Alimentación se celebra, este año, el 16 de octubre. Su finalidad es fortalecer la solidaridad en la lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza. Asimismo, también pretende concienciar a la población sobre los problemas de alimentación que existen en el mundo.
En este sentido, una alimentación equilibrada nos ayuda a sentirnos mejor con nosotros mismos, más fuertes y sanos, y a llevar una vida más ordenada y satisfactoria en múltiples aspectos. Así, una de las dietas españolas, la Dieta Mediterránea, es una de las más completas que existen y que a su vez aporta numerosos beneficios para nuestra salud. Los productos frescos, las frutas y verduras, o las legumbres y hortalizas, componen este régimen tan nutritivo y recomendable.
¿En qué consiste la Dieta Mediterránea?
La Dieta Mediterránea está inscrita por la UNESCO como uno de los elementos de la “Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad”. Esta dieta está muy ligada a la pirámide alimenticia, lo que la convierte en el régimen más saludable para nosotros. Las bases de una Dieta Mediterránea correcta son:
- Utilizar aceite de oliva: ya hemos hablado de las virtudes del oro líquido y de sus ventajas frente a otras grasas. Es rico en vitaminas y ácidos grasos monoinsaturados, por lo que, al contrario que otro tipo de aceites o mantecas, cuida nuestro cuerpo y nuestra salud cardiovascular.
- Consumir alimentos vegetales como frutas, hortalizas, verduras o champiñones: fuente de vitaminas y fibra que aportan una gran cantidad de agua. Son un antioxidante natural y consumirlos nos ayuda a prevenir determinados tipos de enfermedades.
- Los frutos secos: un puñado de almendras nos aporta calcio, fósforo y magnesio, y múltiples vitaminas del grupo B. Pero no es recomendable abusar de ellos.
- El pan y otros alimentos procedentes de cereales como la pasta o el arroz son necesarios gracias a su aporte en carbohidratos, tan necesario para proporcionarnos energía durante el día. Lo mejor es no ingerirlos para cenar, ya que poseen un gran aporte calórico.
- Consumir más pescado que carne roja. En la Dieta Mediterránea se recomienda consumir pescado dos veces por semana, como mínimo. Las carnes, mejor magras y en pequeñas cantidades.
- Los huevos contienen proteínas de muy buena calidad y muchas vitaminas. Es ideal comer entre tres y cuatro huevos por semana, ya que también tienen mucho colesterol.
- Procurar elegir siempre alimentos frescos y de temporada.
- El consumo de agua es de vital importancia para nuestro organismo y, dentro de la dieta mediterránea, se recomienda tomar entre 1,5 y 2 litros de agua al día, para mantenernos hidratados por dentro y por fuera.
Para seguir este régimen de manera adecuada, hay que prescindir en la medida de lo posible de carnes procesadas (como embutidos), azúcares, bollería y pasteles, zumos concentrados y azucarados, refrescos y golosinas.
¿Cuáles son los beneficios de la Dieta Mediterránea?
Este estilo de vida nos ayuda a cuidarnos tanto por dentro como por fuera. Gracias al consumo de alimentos frescos y vegetales, nuestra piel permanecerá más joven gracias a los antioxidantes den los alimentos, al igual que nuestras células. El aporte de agua necesario nos ayuda a hidratar nuestra piel y a erradicar problemas como la celulitis o la retención de líquidos. Además, esta dieta es ideal para poner fin al sobrepeso y la obesidad.
Por otro lado, las múltiples propiedades de estas comidas, ayudan a la salud de nuestro corazón y son aliadas en la lucha contra la diabetes y el Alzheimer. Algunas enfermedades, como el cáncer de mama o de colon, se pueden prevenir con la ingesta adecuada de esta dieta.
Recuerda:
- La Dieta Mediterránea es de las más completas y saludables ya que se basa en el consumo de grasas de origen vegetal, verduras, hortalizas, frutas y legumbres.
- La pasta, el arroz y el pan son excelentes para darnos energía aunque no es recomendable tomar carbohidratos por la noche.
- La Dieta Mediterránea es un gran aliado en la lucha de enfermedades como la obesidad o la diabetes. También es recomendable para la prevención de algunos tipos de cáncer.