Aunque normalmente asociemos el catarro a la época invernal, es muy común que en verano también nos resfriemos por determinadas situaciones, y es que en muchas ocasiones bajamos la guardia y pensamos que con el calor no es posible resfriarnos.
Lo que no sabemos es que durante los meses de verano y con las altas temperaturas, nuestro sistema inmunológico suele estar más debilitado o se encuentra en baja forma, ya que, al no haber tanta presencia de virus en el ambiente.
¿Qué puede hacernos coger un catarro en verano y cómo podemos evitarlo?
Existen una serie de situaciones muy comunes que son las principales responsables de hacernos coger un catarro en verano. Entre ellas se encuentran:
Aire acondicionado. En muchas ocasiones un catarro no es más que una reacción de nuestro cuerpo tras un cambio brusco de temperatura. El uso excesivo de aire acondicionado está considerado uno de los principales causantes de catarros en verano y puede influir en el contagio de gripes y resfriados, sobre todo por el cambio de temperatura que se produce al pasar del calor al frío en pocos segundos.
Baja ingesta de líquidos. Durante esta época del año tendemos a sudar mucho más, y si no aumentamos el consumo de líquidos podemos deshidratemos con mayor facilidad. Por ello, es muy importante mantener una adecuada hidratación.
Tomar bebidas muy frías. Al tomar bebidas muy frías nuestra garganta se resiente, convirtiéndose en un lugar ideal para que la infección pueda seguir su curso.
Seguir una dieta poco sana y equilibrada. Durante el verano y sobre todo durante las vacaciones, es más común comer cualquier cosa, en especial si estamos en la playa o en la piscina. Como consecuencia podemos sufrir déficits nutricionales y esto generar una bajada de las defensas. Recuerda algunos consejos para una dieta sana en verano.
No llevar suficiente ropa. Situaciones como salir a dar un paseo a media noche y no llevar suficiente ropa es otra situación que puede causar un catarro en verano. Especialmente en las zonas de costa, esta bajada de temperaturas durante las noches, junto con la brisa marina, puede hacer que nos resfriemos.
Otitis: otro problema de salud muy común en verano
En verano, por lo general pasamos más tiempo dentro del agua y como consecuencia nuestros oídos están más húmedos. El agua, el calor y la humedad son factores que contribuyen a generar un clima perfecto para la proliferación de bacterias u hongos. Esto puede generar diferentes problemas en nuestra salud, y entre ellos el más común es la otitis.
Esta dolencia empieza con un dolor en el oído acompañado de un pitido agudo o una sensación de taponamiento, impidiendo oír con claridad. En ocasiones, puede venir acompañada de algo de fiebre, supuración y malestar general. Normalmente es una dolencia que suele afectar más a los niños que a los adultos.
¿Qué podemos hacer para prevenir la otitis?
- Secar y limpiar el conducto auditivo con un paño fino o una toalla que envuelva el dedo meñique tras cada baño.
- No introducir nada (bastoncillos, clips, horquillas) en nuestros oídos, ya que podemos dañarlos. Nuestros oídos tienen su propio sistema de auto limpieza.
- Si somos propensos a padecer otitis, utilizar tapones cuando vayamos a bañarnos. Este es el método más efectivo para que el agua no entre en los oídos.
- Entrar al agua poco a poco para que esta no entre bruscamente.
- Asegurarnos de que el agua de la piscina o playa está limpia. Bañarse en aguas contaminadas puede causar infecciones auditivas.
Recuerda:
- Los cambios bruscos de temperatura pueden hacer que nuestras defensas bajen y nos resfriemos.
- Controlar el uso del aire acondicionado, mantenernos continuamente hidratados y llevar una alimentación sana y equilibrada nos ayudará no resfriarnos en verano.
- Otra dolencia muy común en verano es la otitis, especialmente en niños. Si seguimos unos sencillos consejos como mantener secos nuestros oídos después de baña baño, reduciremos las posibilidades de tener otitis durante nuestras vacaciones.