Los atragantamientos son muy comunes entre los bebés y los niños. Se producen cuando un alimento u objeto se queda atascado en las vías respiratorias, impidiendo la respiración normal. Como consecuencia, si el cerebro no recibe el oxígeno que necesita, puede producirse daño cerebral, o incluso la muerte. Es por eso que conviene conocer cómo evitar atragantamientos entre los más pequeños.
Y aunque prevenir es curar, es posible que esta situación se pueda dar en un momento dado. Por tanto, es de elevada importancia estar preparados para saber cómo actuar en estos casos.
Cómo evitar atragantamientos en bebés y niños
Es posible prevenir atragantamientos si sabemos cómo. En primer lugar, es fundamental que los niños aprendan a masticar la comida bien y con cuidado. Pero, además, debemos ofrecerle los alimentos de forma correcta en función de su edad. Estos son algunos consejos útiles para evitar que los niños se atraganten con la comida:
- No dejes que el niño coma mientras camina, corre, juega, etcétera.
- Por lo general, no ofrezcas alimentos redondos a menores de 4 años. Mejor trocéalos antes. Esto incluye las nueces, las uvas, los guisantes o los caramelos duros.
- Pela y retira los huesos de la fruta antes de dársela.
- Trata de darle el pescado sin espinas, y la carne, sin huesos.
- Las cremas de cacao y avellanas y la mantequilla de cacahuete se deben ofrecer untadas. Estas texturas pueden adherirse fácilmente a las paredes de la garganta, impidiendo la respiración.
- Trocea las salchichas y los perritos calientes antes de dárselas.
En muchas ocasiones, el agente que causa el atragantamiento es un objeto. Por eso es importante enseñar a los niños que no se deben introducir objetos y especialmente, objetos pequeños –que quepan en el interior de un tubo de papel higiénico– en la boca.
En este sentido, es importante tener cuidado con las canicas, los globos de látex, monedas, botones, chinchetas, tornillos o joyas pequeñas, entre otros.
Qué hacer si un bebé o un niño se atraganta
Existen maniobras muy útiles que, si sabemos ejecutarlas correctamente, podrían salvar la vida de un bebé o niño que se está atragantando. Se trata de la maniobra de Heimlich, la cual solo se puede realizar en personas que están conscientes. Existen dos formas de hacerla:
- En niños mayores de 1 año: se coloca el puño de una mano por debajo de las costillas, y por encima del ombligo. Con la otra mano, se debe presionar haciendo un movimiento rápido hacia arriba. Esto debería provocar que el objeto salga hacia afuera.
- En bebés de menos de 1 año: colocamos al bebé boca abajo sobre el antebrazo o las rodillas. A continuación, con la palma de la mano, debemos dar golpes suaves entre los omóplatos. Si esto no funciona, será necesario dar la vuelta al bebé y comprimir el centro del tórax.
En cualquier caso, siempre es recomendable que los padres tengan conocimientos sobre primeros auxilios para que puedan actuar rápidamente ante una situación de estas características.