Cada día más personas se suman al powerwalking: un tipo de entrenamiento para aquellos que no podemos hacer running o que, simplemente, no nos gusta correr. También es ideal para los días de descanso activo de los deportistas. Un entrenamiento con el que realizamos menos esfuerzo que corriendo pero que nos aporta prácticamente los mismos beneficios.
¿Entonces el powerwalking se basa en caminar?
No, ya que este entrenamiento incluye muchos otros elementos como la postura, el ritmo, la respiración o los cambios de velocidad.
En realidad, el powerwalking consiste en caminar durante 45- 60 minutos a un ritmo intermedio, de entre 7 a 9 km/por hora, manteniendo tres elementos básicos en nuestra postura:
- Mantener la espalda recta: si andamos inclinados hacia delante nuestra zona lumbar sufrirá y si andamos inclinados hacia atrás sufrirán nuestras caderas. Además, así nuestro cuerpo estará equilibrado y evitaremos caídas.
- Mantener la mirada siempre al frente, con los hombros ligeramente echados para atrás y bajos con el pecho arriba, de este modo no sobrecargaremos nuestras cervicales. Es importante no olvidarnos de contraer el abdomen para proteger la zona lumbar.
- Los brazos han de moverse al mismo ritmo que las piernas, y hay que colocarlos en paralelo al cuerpo y doblarlos en ángulo de 90º sin exagerar el movimiento para no girar el cuerpo y que sufran nuestras caderas. Además, para que el ejercicio sea más completo es necesario que elevemos un poco la punta del pie.
También es importante que estemos atentos a nuestra postura en todo momento para corregirla, consiguiendo así que sea la correcta durante todo el ejercicio.
Ventajas del powerwalking
La principal ventaja de este deporte es que podemos realizarlo sea cual sea nuestra edad, cuerpo, condición física o deportiva. Además, este entrenamiento se puede personalizar según las necesidades que tengamos. Otras de sus muchas ventajas son:
- Al ser una actividad física moderada, controlamos mucho mejor nuestra frecuencia cardíaca. De igual modo, podemos mantener un 70% el máximo de frecuencia cardíaca, facilitando así la quema de grasas.
- Ayuda a mejorar nuestro sistema respiratorio y cardiovascular en todos los intervalos de intensidad.
- Facilita el control de la tensión arterial, con lo que se reduce el riesgo de padecer enfermedades coronarias y retrasa la aparición de osteoporosis.
- Con este ejercicio se potencia nuestro tren inferior y nuestro core o zona central, ejercitando especialmente los gemelos, los cuádriceps, glúteos y el abdomen. Además, fortalece nuestras articulaciones.
- Mejora nuestra respuesta inmunológica ayudando a reducir los niveles de colesterol y facilitando nuestras digestiones
- La liberación de endorfinas durante el ejercicio disminuye los niveles de estrés y ansiedad, lo que ayuda a mejorar la salud psíquica.
Recuerda:
- Para realizar este entrenamiento debemos tener en cuenta la postura, la respiración y el ritmo.
- Es perfecto para iniciarse al running, para la gente a la que no le gusta correr, o para el día de descanso activo de los corredores
- Aporta los mismos beneficios que el running pero con una intensidad menor por lo puede realizarlo personas de cualquier edad o condición deportiva.