Todos conocemos los numerosos beneficios del deporte: reduce el estrés, previene enfermedades y mejora la calidad de vida. Sin embargo, la práctica deportiva no está exenta de accidentes, especialmente cuando se trata de deportes de riesgo. Ante la posibilidad de lesiones, su tratamiento y posterior recuperación, es de gran importancia valorar la contratación de un seguro deportivo.
Este tipo de pólizas deportivas están diseñadas para cubrir de forma específica los daños derivados de un accidente durante la práctica de un deporte. Sin embargo, las lesiones crónicas que se producen por la práctica habitual de un deporte podrían no estar cubiertas. Es el caso, por ejemplo, del codo de tenista. Por este motivo, al contratar un seguro, debemos consultar qué cuestiones abarca o no la póliza que hemos elegido.
¿Debería contratar un seguro deportivo?
Los accidentes durante la práctica de deporte pueden suceder en cualquier contexto, pero son más habituales en entrenamientos profesionales y eventos como campeonatos o torneos. En este sentido, la actual Ley del Deporte obliga a que todos los deportistas federados que participen en competiciones cuenten con un seguro deportivo. Este tipo de pólizas suelen incluir:
- Asistencia médica y quirúrgica y traslado en ambulancia.
- Cobertura en el extranjero.
- La rehabilitación del deportista, con ayudas para la adquisición de material ortopédico.
- Indemnizaciones por pérdida anatómica o fallecimiento.
Por tanto, todas las federaciones, clubes y otras agrupaciones de carácter deportivo deben contar con un seguro de estas características.
¿Qué deportes se consideran de riesgo?
Aquellos deportes que se consideran “de aventura” son los que más riesgo tienen de originar accidentes. En caso de que se quieran probar o realizar asiduamente, es recomendable contratar un seguro deportivo. Algunos de estos deportes más extremos son:
- Deportes de montaña: una tarde en el rocódromo suena divertido, pero pasar el día escalando la montaña, lo es todavía más. Aunque se suelen realizar con guías especializados, en estos deportes pueden darse graves caídas o desprendimientos.
- Deportes acuáticos: el surf o el buceo pueden derivar en golpes con otros deportistas o contra el fondo marino. A ello hay que añadirle los peligros del mar, como las picaduras de medusas o los ahogamientos.
- Deportes de nieve: exigen un alto nivel de equilibrio para evitar traumatismos. Hay estudios que afirman que las mujeres jóvenes sin experiencia son el perfil de deportista más propenso a sufrir lesiones en la nieve.
- Deportes de motor: los riesgos también dependen de la destreza de cada persona. Las lesiones más comunes son las fracturas y las dislocaciones en los hombros y las rodillas.
Ya sean deportes de equipo o actividades consideradas de riesgo, practicar deportes de forma segura es muy beneficioso para la salud, tanto física como mental. Además, haciéndolo con el respaldo de un seguro, tendremos la tranquilidad de estar protegidos ante cualquier eventualidad.
Recuerda:
- No hay deporte 100% seguro: en todas las actividades deportivas pueden suceder golpes y lesiones.
- Los deportistas que participan en competiciones deben por ley contar con un seguro deportivo.
- Los deportes de riesgo para los que se aconseja contratar un seguro son los de montaña, acuáticos, de nieve y de motor.