El running ha pasado de ser un deporte a convertirse en un estilo de vida. Mantenernos activos y ejercitados es fundamental tanto para nuestra salud física como mental. Sin embargo, una mala práctica puede causarnos lesiones que ralenticen nuestro camino hacia el éxito.
¿Por qué corremos?
La adicción al running tiene su explicación en la automotivación y sensación de felicidad, fruto de la liberación de endorfinas, que sentimos al hacer deporte. El inicio es duro y la ausencia de práctica hace que no sepamos llevar una respiración acompasada, generando un aumento de la fatiga. Sin embargo, esta sensación desaparece en poco tiempo, sintiéndonos más cómodos corriendo y con mejor forma física.
Motivos para iniciarnos en el running
Salir a correr es uno de los deportes cardiovasculares más recomendados a la hora de ponernos en forma. Practicando running, mejoramos nuestra base y nuestra resistencia, lo que nos ayudará a realizar cualquier otro deporte en mejores condiciones. Además, esta disciplina tiene una serie de ventajas tales como:
- No necesitamos apuntarnos a ningún gimnasio. La calle o un parque son la mejor pista de entrenamiento.
- Lo podemos practicar tanto de forma individual como en grupo.
- Los resultados son visibles en un corto espacio de tiempo, lo que mejora nuestra autoestima y nuestro físico.
- Nos ayuda a liberar tensiones y a reducir la ansiedad, lo que rebaja la posibilidad de sufrir depresión.
Las enfermedades más comunes del runner
A pesar de estas ventajas, es vital que cuidemos nuestro cuerpo, estiremos correctamente y realicemos un entrenamiento adecuado a nuestras capacidades para no sufrir lesiones deportivas. Las lesiones del corredor más comunes son:
- Periostitis tibial: consiste en un dolor agudo en la parte interior de la tibia, que va remitiendo a medida que entramos en calor. La causa es el impacto que sufren nuestras piernas durante la carrera. Otro motivo puede ser un defecto postural o una mala técnica, que hace que dicha parte del cuerpo se resienta.
- Rotura fibrilar en los músculos isquiotibiales: el dolor se refleja en la parte posterior de nuestra pierna, tanto al estirar como al doblarla. Otro síntoma es la inflamación de la zona o la aparición de moratones.
- Rodilla del corredor: como su nombre indica, el dolor se localiza en dicha zona, pudiendo extenderse hacia el muslo o la tibia. Entre las causas está la fatiga muscular o el sobreesfuerzo, los pies planos o tener la rodilla desalineada.
- Tendinitis: normalmente esta lesión se presenta en el tendón de Aquiles o en la rótula. Esta última consiste en la inflamación del tendón rotuliano provocado por una sobrecarga deportiva. La causa es el rebote que sufre la rodilla durante el running al recibir el impacto de cada pisada.
- Fascitis plantar: el dolor se manifiesta en la planta del pie y está provocado por una irritación en nuestra fascia plantar. El detonante principal es la elección errónea del calzado.
- Esguince de tobillo: consiste en una torcedura o tirón de los ligamentos y se presenta acompañado de un dolor súbito e hinchazón.
Cómo evitar este tipo de lesiones
La principal recomendación es realizar un calentamiento y estiramiento adecuado. En el caso de que nos lesionemos debemos interrumpir la práctica del ejercicio en el momento en que aparecen los primeros síntomas y acudir a nuestro médico si el dolor persiste. Descansar y enfriar la zona lesionada con hielo ayuda a desinflamar el músculo dañado y favorece la recuperación.
No obstante, para evitar que esto ocurra, es recomendable llevar una equipación adecuada. Tener unas buenas zapatillas de running minimizan el riesgo de padecer lesiones. Además, las plantillas anatómicas pueden convertirse en nuestro gran aliado. Por último, llevar una alimentación saludable rica en nutrientes y minerales nos ayudará a estar en pleno rendimiento y no sufrir percances.
Recuerda:
- El running rebaja el estrés y mejora nuestra autoestima.
- Debemos realizar un ejercicio adecuado a nuestras condiciones.
- La alimentación y el uso de un buen calzado de deporte rebaja la posibilidad de tener problemas de salud.