¿Es malo el aire acondicionado para la salud?

Según cifras oficiales, en España un 35% de los hogares tienen aire acondicionado instalado. Y es que, en los días más calurosos de verano, este aparato se convierte en un aliado indispensable para combatir el calor y mantenernos frescos. Sin embargo, también es común experimentar molestias relacionadas con su uso. ¿Cuánto puede afectar el aire acondicionado a nuestra salud?

En efecto, un mal uso del aire acondicionado puede tener consecuencias para nuestra salud. Algunos de los síntomas de que la climatización nos puede estar afectando son los siguientes:

• Sequedad en las vías respiratorias: el aire acondicionado reduce la humedad del ambiente, lo que provoca que las mucosas de nuestra nariz y garganta se sequen. Esto puede resultar en irritación, congestión nasal, sequedad de la piel e incluso molestias en los ojos.
• Infecciones respiratorias: los cambios bruscos de temperatura al entrar o salir de un entorno climatizado pueden debilitar el sistema inmunológico. Esto nos hace más susceptibles a resfriados, gripes y otras infecciones respiratorias, como la COVID-19. Además, si los filtros del aire acondicionado no se limpian adecuadamente, pueden convertirse en reservorios de bacterias y hongos capaces de provocarnos enfermedades respiratorias graves.
• Dolores de cabeza: la exposición continua a corrientes de aire frío puede desencadenar la constricción de los vasos sanguíneos, lo que puede resultar en cefaleas.
• Desmayos: los cambios bruscos de temperatura pueden provocar reacciones como sudoración intensa, sensación de mareo y, en casos extremos, desmayos.
• Dermatitis: la sequedad ambiental puede desencadenar irritaciones en la piel o empeorar afecciones preexistentes.
• Contracturas: los cambios bruscos de temperatura también pueden afectar a los músculos, ya que se contraen cuando se exponen al frío. Si, además, pasamos mucho tiempo en la misma postura y a una temperatura por debajo de la recomendada, pueden aparecer contracturas, dolores cervicales o incluso tortícolis.
• Acúfenos: hay que tener en cuenta que ningún aparato de aire acondicionado es completamente silencioso. En este sentido, estar expuesto de forma continua al ruido del motor o al chorro de aire de los sistemas de climatización puede provocar la aparición de acúfenos, un tipo de zumbidos en los oídos.

Por último, es importante tener en cuenta que los bebés recién nacidos son especialmente sensibles a los cambios bruscos de temperatura. Además, la exposición al aire frío puede causar resfriados y catarros en los niños, ya que estos no tienen su sistema inmunológico completamente desarrollado.

Que este aparato tenga la capacidad para afectar a nuestra salud no implica que debamos dejar de usarlo. Sigue estos consejos para dar un buen uso al aire acondicionado:

• Establecer una temperatura adecuada: se recomienda mantener el aparato a una temperatura alrededor de los 22-24 grados Celsius para evitar cambios bruscos de temperatura y minimizar el riesgo de sequedad y molestias respiratorias.
• Evitar la exposición directa: dirige las rejillas de ventilación hacia arriba o hacia los lados para una distribución más uniforme del aire fresco.
• Limpiar y mantener los filtros: es fundamental limpiar y mantener regularmente los filtros del aire acondicionado para evitar la acumulación de bacterias, hongos y otros alérgenos.
• Regular la humedad: si el aire acondicionado no lo tiene incorporado, considera utilizar un humidificador para mantener un nivel de humedad de entre el 35% y el 60%.
• No dormir con el aire encendido: nuestra temperatura corporal disminuye durante el sueño, por lo que no es recomendable irnos a dormir con el aire acondicionado puesto. Si de todos modos lo hacemos, se aconseja no ponerlo a una temperatura inferior a 24 grados.

Por último, ten en cuenta que la climatización del hogar no depende exclusivamente del aire acondicionado: existen otras opciones interesantes de climatización que también debemos tener en consideración, como el ventilador o el pingüino.