Las rodillas son articulaciones clave en nuestro cuerpo, ya que soportan su peso, nos estabilizan y nos permiten movernos de un lado a otro. También son unas de las que más sufren el impacto de la actividad diaria, y en este sentido resulta muy común oír hablar sobre el crujido en las rodillas, también conocido como crepitación o chasquidos articulares.
Estos crujidos son los sonidos que se producen cuando se mueve la articulación y, frente a la creencia popular, suelen ser bastante comunes y no siempre son sinónimo de problemas.
Posibles causas del crujido en las rodillas
El crujido en las rodillas puede deberse a diversas causas, la mayoría de las veces, benignas. De tal forma que existen 2 motivos exentos de gravedad que pueden causar estas crepitaciones:
- Burbujas de aire en el líquido sinovial: estelíquido es el encargado de lubricar las articulaciones. Puede contener pequeñas burbujas de gas que estallan al mover la rodilla, generando este sonido.
- Movimiento de tendones o ligamentos: a veces, los tejidos que rodean la articulación se desplazan ligeramente y regresan a su posición original, produciendo un chasquido sin relación con ningún daño estructural.
Sin embargo, el crujido en las rodillas también puede estar asociado a problemas más serios, asociados con la degeneración o algunas lesiones. Estos pueden ser algunos de ellos:
- Desgaste del cartílago (artrosis): la pérdida progresiva de cartílago genera fricción entre los huesos, provocando chasquidos acompañados de dolor o rigidez. La artrosis es una de las enfermedades reumatológicas más frecuentes, y solo en España afecta a en torno al 10% de la población.
- Lesiones meniscales: los daños en el menisco pueden causar crujidos dolorosos y limitar el movimiento de la articulación.
- Síndrome de dolor patelofemoral: relacionado con el mal alineamiento de la rótula, produce fricción y molestias al mover la articulación.
- Artritis: especialmente en osteoartritis y artritis reumatoide, los pacientes suelen presentar crujidos debido al daño en el cartílago.
En cualquier caso, es importante consultar a un médico si los chasquidos están acompañados de dolor o inflamación, si se percibe rigidez o sensación de inestabilidad o, también, si los crujidos se vuelven persistentes o empeoran con el tiempo.
Tratamientos del crujido en las rodillas
En el caso de que los sonidos sean de carácter anómalo, los especialistas deben realizar un diagnóstico y establecer un plan de tratamiento coherente para que aborde el problema. Según el diagnóstico, podrían sugerir las siguientes opciones de tratamiento:
- Ejercicios de fortalecimiento: se trata de ejercicios orientados a mejorar la musculatura de la pierna, lo que ayuda a estabilizar la rodilla.
- Control del peso: el ritmo de desgaste articular se puede reducir al disminuir la carga que deben soportar nuestras rodillas.
- Terapia farmacológica: existen algunos tratamientos, como los antiinflamatorios, las infiltraciones de ácido hialurónico o el plasma rico en plaquetas, que pueden ayudar en ciertos casos de crujido en las rodillas. Estos deben emplearse siempre bajo prescripción médica.
En cualquier caso, es fundamental evitar el sedentarismo y adoptar un estilo de vida activo a través de la práctica de deportes de bajo impacto y siempre con calzado adecuado. Estas medidas contribuyen a mantener unas las rodillas saludables y funcionales, además de reducir el riesgo de lesiones articulares a largo plazo.