La música influye directamente sobre el bienestar personal, tanto físico como emocional. Algunos expertos afirman que estos beneficios se dan gracias a la profunda estimulación a nivel cerebral que provocan las ondas musicales, independientemente de los gustos de cada persona.
La música tiene una capacidad tranquilizadora, ayuda a desconectar y a relajarse, puede conseguir que ocurran cambios de humor y transmite energía.
¿Qué ocurre cuando escuchas música?
La música evoca recuerdos variados que provocan que las emociones florezcan, escuchar música es una actividad que implica el uso y estimulación de todo el cerebro. El impacto de escuchar una canción es mayor del que la sociedad cree, ya que, además de los beneficios anímicos que aporta, también contribuye en el aspecto físico y social. Algunas de sus principales propiedades son:
- Permite combatir el estrés. Ayuda a reducir la ansiedad y el agotamiento mental que provocan las preocupaciones diarias. Al escuchar una canción puedes llegar a sentirte más relajado y tranquilo.
- Ayuda a conciliar el sueño. La música puede contribuir a que disfrutemos de un descanso reparador. Estudios científicos confirman que la música clásica puede ayudar a superar y evitar el insomnio, especialmente en personas que se encuentren en fase de trabajo cognitivo constante como los estudiantes.
- Disminuye la intensidad del dolor. Facilita que la mente se distraiga y se desvíe así la atención de las dolencias.
- Mejora el humor. La música estimula la alegría y combate la tristeza. Utilizada correctamente puede aliviar con éxito los síntomas de la depresión.
- Favorece la concentración. Escuchar música mientras se realizan tareas que requieren de atención mental, puede aumentar el rendimiento y mejorar las capacidades cognitivas.
- Disminuye la presión arterial. Escuchar música puede ayudar a mejorar la circulación.
- Motiva. A la hora de hacer ejercicio, tener de fondo una canción que te gusta es una pieza clave para superar los límites y aumentar y mejorar la productividad. Esto es así porque la música capta la atención y la sensación de cansancio, fatiga o aburrimiento se desvanece.
Estos beneficios se estudian y ponen en práctica con la musicoterapia, definida por la Federación Mundial de Musicoterapia (en 2011) como, “el uso profesional de la música y sus elementos como una intervención en entornos médicos, educacionales y cotidianos con individuos, grupos, familias o comunidades que buscan optimizar su calidad de vida y mejorar su salud y bienestar físico, social, comunicativo, emocional, intelectual y espiritual.” Su práctica ha mostrado casos de éxito en el tratamiento de enfermedades mentales y físicas.