Durante la ducha, en la piscina, en la playa… el contacto de la piel con el agua provoca la aparición de arrugas en la piel que recubre nuestros dedos. Según la creencia popular, esto sucede debido a que esta zona absorbe más agua y, al “empaparse”, la piel se pliega. Sin embargo, el hecho de que solo ocurra en los dedos de los pies y de las manos (y no en todo el cuerpo) tumba esta teoría. Entonces, ¿por qué se nos arrugan los dedos cuando estamos en el agua?
Algunos estudios apuntan a que los dedos se nos empiezan a arrugar pasados unos 3 minutos cuando el agua está a 40ºC. Cuanto más baja sea la temperatura, más tardan en aparecer los pliegues. Además, se ha podido comprobar que los dedos se nos arrugan más en agua dulce que en agua salada.
La razón por la que se nos arrugan los dedos en el agua
Este fenómeno ocurre porque nuestro sistema nervioso, cuando detecta que estamos pasando mucho tiempo en el agua, envía la orden de “encogerse” a los glóbulos rojos que están bajo la piel. Esa contracción sería la causante de las arrugas.
Pero, ¿por qué el sistema nervioso toma esa decisión? Un estudio británico ha propuesto una posible respuesta: se trataría de un mecanismo de adaptación. Supuestamente, ante el contacto prolongado con el agua, la piel de los dedos se arrugaría para permitirnos agarrar mejor los objetos mojados o que están bajo el agua.
Los investigadores británicos reclutaron a 20 participantes, a los que pidieron que trasladaran canicas mojadas y secas de un recipiente a otro. Pronto notaron que, si este proceso lo realizaban tras haber tenido las manos sumergidas en agua, el manejo de las canicas era más hábil.
Estos resultados llevaron a los científicos a pensar que los dedos arrugados de las manos ayudarían a nuestros ancestros en la búsqueda de comida en el agua. En cambio, en el caso de los pies, las arrugas facilitarían el agarre en superficies húmedas.
4 enfermedades que alteran este fenómeno
Que se nos formen arrugas en los dedos no solo es inofensivo, sino necesario. Cualquier anomalía en este proceso podría indicar que algo no está funcionando bien. En este sentido, existen 4 enfermedades en las que se altera la formación de estas arrugas:
- Enfermedad de Parkinson: si una mano se nos arruga más que otra a pesar de pasar el mismo tiempo en el agua, es indicativo de que nuestro sistema nervioso no funciona bien en un lado del cuerpo. Esto es común en personas con párkinson.
- Psoriasis: las personas con psoriasis notan que tardan más tiempo de lo habitual en desarrollar las arrugas.
- Diabetes tipo 2: el arrugamiento de sus dedos es menor en contacto con el agua.
- Fibrosis quística: los pacientes con esta enfermedad presentan muchas más arrugas de lo normal.
Ten en cuenta que estos no son necesariamente síntomas de cada una de las enfermedades. Más bien, muchos pacientes que las padecen suelen notarlos. Si tienes cualquier duda al respecto, consulta con tu médico.