Súbito, repentino, forzado e involuntario. Estas son las palabras que múltiples diccionarios emplean para referirse al estornudo. Concretamente, la RAE define el concepto de “estornudar” como “despedir o arrojar con violencia aire de los pulmones”, algo “promovido por un estímulo”. Efectivamente, todos hemos estornudado alguna vez, pero ¿por qué?
Hay que tener en cuenta que estornudar no es algo que hacemos solo los seres humanos. Otros mamíferos, incluidos los animales domésticos, como los perros y los gatos, también estornudan. Se trata de un mecanismo fisiológico mediante el cual nuestro organismo evita la entrada de partículas nocivas a nuestros pulmones. Por tanto, estornudar es beneficioso y no es recomendable evitarlo.
Factores que provocan la aparición de un estornudo
Como dice la RAE, los estornudos aparecen porque hay un estímulo que los provoca. Algunas de las causas que favorecen los estornudos son:
- Alergias: las rinitis alérgicas con estornudos son muy comunes en las alergias al polen o al polvo.
- Algunas infecciones: los resfriados comunes y las gripes son las infecciones en las que el estornudo aparece habitualmente.
- Aire seco: permanecer en un ambiente poco húmedo puede favorecer la irritación de las membranas mucosas, provocando los estornudos.
- Partículas en suspensión: el polvo, el talco o los aerosoles presentes en el aire pueden entrar en nuestro organismo cuando respiramos. Los estornudos facilitan su expulsión.
- Contaminación: de una manera más reciente, se ha demostrado que la contaminación ambiental provoca síntomas fisiológicos, como los estornudos.
¿Por qué hay personas que estornudan varias veces?
Después de estornudar, normalmente tenemos una sensación de satisfacción y alivio. Pero hay veces en que un solo estornudo no es suficiente, sino más bien todo lo contrario: tenemos más ganas de estornudar.
Esto se debe a que, con un solo estornudo, nuestro organismo no ha conseguido expulsar las partículas extrañas. Por tanto, inmediatamente después se prepara para un segundo intento, que puede no ser el último.
Así, en muchas ocasiones el primer estornudo solo logra separar a las partículas extrañas de nuestras mucosas. Después, hará falta un segundo estornudo que consiga expulsarlas hacia el exterior, una acción que puede tener que repetirse. El último estornudo es señal de que el interior de nuestra nariz está limpio.
Es importante recordar que el estornudo debe venir acompañado de ciertos hábitos de higiene. En general, se recomienda cubrir la nariz y la boca con un pañuelo desechable. También podemos estornudar tapándonos las mucosas con el interior de nuestro codo. De este modo, si estamos enfermos, evitaremos infectar a las personas de nuestro alrededor.