La adicción a las redes sociales y sus implicaciones en la manera en la establecemos las relaciones son un problema candente de nuestra sociedad. Desde hace algunos años, el uso de la palabra FOMO se ha extendido entre los jóvenes que utilizan esas redes sociales. Pero, ¿qué es el FOMO? ¿Afecta solo a los jóvenes? ¿Qué consecuencias tiene?
¿Qué es el FOMO?
FOMO es el acrónimo de la expresión en inglés Fear of Missing Out, que en español se traduce como “miedo a perderse algo”. Se refiere a la aprehensión generalizada a que otros podrían estar teniendo experiencias gratificantes de las que uno está ausente. Es decir, la ansiedad social que sentimos al ver que otras personas están viviendo experiencias, asistiendo a eventos o logrando objetivos de los que no formamos parte.
Las redes sociales son las principales impulsoras del FOMO ya que, al estar constantemente expuestos a momentos destacados de la vida de otros, sentimos que nuestras experiencias son menos emocionantes. En este sentido, cuando vemos publicaciones de viajes, eventos y estilos de vida aparentemente perfectos, es fácil caer en la comparación y experimentar la sensación de vacío por “estar perdiéndonos de algo”. Además, el fenómeno se intensifica debido a la inmediatez y la constante actualización de las plataformas, lo que promueve la presión de mantenerse conectado y al día.
El FOMO afecta a personas de todas las edades y, aunque puede parecer un problema menor, tiene repercusión en nuestra salud mental y la manera en la que establecemos relaciones. Este sentimiento puede llevar a una ansiedad generalizada, ansiedad social, depresión, aumento de problemas de autoestima, comportamientos compulsivos y una constante búsqueda de validación externa.
¿Tengo FOMO?
El FOMO dificulta el contacto saludable con nuestro entorno y genera una dependencia constante a estar al tanto de todo lo que sucede a nuestro alrededor. Estos son algunas de sus características:
- Ansiedad por estar conectado.
- Tendencia a la comparación constante.
- Imposibilidad de disfrutar el presente.
No se conocen datos sobre la incidencia de las personas que sufren FOMO, pero es una experiencia muy común en la sociedad actual: todos hemos visto un vídeo de un concierto o unas vacaciones de otras personas en redes sociales a los que hemos querido ir.
¿Cómo se puede evitar el FOMO?
Evitar este síndrome no es fácil. De cualquier forma, es posible introducir algunas técnicas que nos pueden ayudar a minimizar su impacto en nuestra vida:
- Limita el tiempo en redes sociales: un uso excesivo de las redes sociales puede conducirnos a un estado de dependencia y comparación constante. Puede ser útil establecer un horario para revisarlas.
- Enfócate en tus propios logros: en lugar de estar atentos a lo que otros hacen, haz un esfuerzo consciente por valorar tus propias experiencias y logros, por pequeños que puedan parecer.
- Desconéctate y vive el presente: dedica tiempo a realizar actividades que disfrutes sin la necesidad de compartirlas en redes.
- Piensa en tus necesidades y deseos: es importante reflexionar sobre si valoramos mejor las experiencias de los demás por deseo personal o simplemente como resultado de la presión social. El FOMO puede llevarnos a querer cosas solo porque otros las tienen, sin considerar si realmente son importantes para nosotros.
No es fácil recordar que las redes sociales son solo un escaparate de buenos momentos. No se suelen compartir situaciones complicadas ni tampoco los retos, de modo que lo que vemos no se corresponde con la realidad. Es importante tenerlo en cuenta para poder poner en valor lo que cada uno de nosotros hacemos en nuestro día a día y trabajar en nuestra autoestima.