La premenopausia es una fase completamente natural por la que pasan todas las mujeres. Generalmente inicia alrededor de los 40 años y marca el principio de una serie de transformaciones en el cuerpo, representando, además, una época de autoconocimiento y cuidado personal. ¿Sabes cuáles son los síntomas y cómo abordarlos?

¿Qué sucede durante la premenopausia?

La premenopausia es un período de cambio, una transición que puede durar de 3 a 4 años, y en algunos casos, hasta 10 a 14 años, lleno de ajustes hormonales que preparan al cuerpo para una nueva etapa.

Durante este tiempo se puede experimentar:

• Una disminución gradual de los niveles de estrógeno: puede alterar el ciclo menstrual, haciéndolo irregular o más corto.
• Fluctuaciones en los niveles de progesterona: afectando el equilibrio hormonal y contribuyendo a síntomas como cambios de humor, irritabilidad, y dificultades para dormir.
• Un aumento en la hormona estimulante del folículo (FSH): que es la glándula pituitaria produce para estimular los ovarios a producir estrógeno, siendo un indicativo de la premenopausia.
• Cambios en otras hormonas: incluyendo el aumento de la hormona luteinizante (LH) y la disminución del estradiol.

Podemos identificar una serie de síntomas que nos dan una pista de que hemos entrado en la etapa de la premenopausia.

• Reglas Irregulares: una de las primeras señales de la premenopausia es la alteración del ciclo menstrual. Estas irregularidades son una indicación natural de que el cuerpo está experimentando cambios significativos.
• Sofocos: caracterizados por repentinas olas de calor que se extienden desde el pecho hasta el cuello y el rostro, los sofocos pueden variar en intensidad y frecuencia, afectando a cada mujer de manera diferente. Aunque el mecanismo exacto detrás de ellos no se comprende completamente, se asocian con la disminución de los niveles de estrógenos. Estas sudoraciones pueden ser nocturnas y afectar a la calidad de nuestro sueño. Generalmente, estos episodios tienen una duración de 2 a 4 minutos y su frecuencia varía de una mujer a otra, pudiendo ocurrir varias veces al día, incluso afectando el descanso nocturno.

Hay que tener en cuenta que los sofocos pueden hacer su aparición desde el inicio de la premenopausia, extendiéndose a veces años antes de la menopausia propiamente dicha. En el contexto de las culturas occidentales, entre el 45% y el 54% de las mujeres reportan experimentar sofocos con una intensidad variable durante los primeros años de la postmenopausia, y estos síntomas pueden perdurar desde unos meses hasta cinco años.

Aunque no se comprende completamente el mecanismo detrás de los sofocos, se sospecha que la reducción en los niveles de estrógenos, o de ciertos metabolitos de estos, puede jugar un rol al interferir con el centro de regulación de la temperatura del cuerpo, ubicado en el hipotálamo. Más que un motivo de preocupación, estos sofocos son indicativos de que tu cuerpo está atravesando una fase de cambio y adaptación.

La adaptación a estos cambios implica ajustes en el estilo de vida y el bienestar personal. Aquí te dejamos algunas estrategias:

• Identifica y evita los factores desencadenantes de los sofocos: tales como el consumo de cafeína, alimentos picantes y el estrés.
• Mantén un ambiente fresco y viste con ropa cómoda: usar capas de ropa que puedas quitarte fácilmente puede ayudarte a manejar mejor los sofocos.
• Incorpora ejercicio regularmente: actividades físicas, especialmente aquellas que fomentan la relajación como el yoga, pueden mitigar los sofocos y mejorar el sueño.
• Considera tratamientos no hormonales: humectantes y lubricantes vaginales, así como probióticos, pueden aliviar síntomas como la sequedad vaginal.
• Fitoterapia: busca prevenir, aliviar o curar estados patológicos, así como mantener la salud.
• La salvia y la reactividad vascular: la investigación ha empezado a respaldar el uso de la salvia para los síntomas vasomotores asociados con la menopausia, como los sofocos.
• Otros Suplementos de Interés: las isoflavonas de soja, el cohosh negro y el trébol rojo también han sido considerados para el alivio de los sofocos, aunque la evidencia sobre su efectividad aún no es concluyente.

Cuando los enfoques no farmacológicos no son suficientes para aliviar los síntomas de la menopausia, existen diversas opciones farmacológicas adaptadas a las necesidades individuales y la severidad de los síntomas.

• Terapia Hormonal (TH): indicada principalmente cuando la menopausia está plenamente establecida, esta terapia suple las hormonas, como el estrógeno y la progesterona, cuyos niveles disminuyen durante este periodo. La TH puede ser eficaz en el alivio de sofocos, sequedad vaginal y otros síntomas. No obstante, presenta riesgos como el aumento del riesgo de coágulos sanguíneos y cáncer de mama. Es crucial consultar a un médico para evaluar si la TH es conveniente para ti.
• Medicamentos No Hormonales:
  • ISRS: los inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina pueden aliviar síntomas emocionales, como la ansiedad y la depresión.
  • Gabapentina o Pregabalina: estos medicamentos pueden ser efectivos en el tratamiento de los sofocos.
  • Clonidina: Aunque inicialmente se utilizaba para controlar la presión arterial, también puede ayudar a reducir los sofocos.
  • Tratamientos Locales:
    • Crema Vaginal de Estrógeno: útil para combatir la sequedad vaginal.
    • Anillos Vaginales de Liberación Lenta: proporcionan una liberación controlada de estrógeno para aliviar los síntomas locales.

Es fundamental recordar que solo un médico puede determinar el tratamiento más adecuado, teniendo en cuenta los síntomas específicos y el estado general de salud de la paciente. La personalización del tratamiento es clave para su efectividad y seguridad.