Terrores nocturnos en niños: qué son, síntomas, posibles causas

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Los terrores nocturnos son muy diferentes a las pesadillas, puesto que con estas últimas, cuando nos despertamos sólo recordamos algunos detalles. En cambio, cuando los niños sufren un episodio de terror, no suelen recordar nada cuando se despiertan.

¿Pero, qué son los terrores nocturnos exactamente?

Los terrores nocturnos son una parasomnia, es decir, una experiencia no deseada durante el sueño. Los síntomas van desde episodios de gritos y miedo intenso hasta agitación del cuerpo mientras dormimos. Estos episodios pueden durar incluso varios minutos, aunque también pueden  extenderse durante más tiempo.

Síntomas de los terrores nocturnos

Estos episodios suelen producirse entre el primer tercio y la primera mitad de la noche y es poco común que ocurran durante las siestas. Además, estos episodios pueden venir acompañados de sonambulismo.

Debemos estar alerta si nuestro hijo sufre algunos de estos síntomas:

  • Si grita de forma atemorizante.
  • Si se sienta en la cama asustado.
  • Mira fijamente y con los ojos muy abiertos.
  • Si transpira, respira pesadamente y tiene el pulso acelerado, la cara ruborizada y las pupilas dilatadas.
  • Si patea y pega a su alrededor.
  • Cuando le cuesta despertar y, cuando lo hace, se muestra confundido.
  • Cuando es difícil de consolar.
  • No recuerda el suceso a la mañana siguiente o tiene pocos recuerdos de este.
  • Puede incluso salir de la cama y correr por la casa.
  • Tiene una conducta agresiva.

Causas de los terrores nocturnos

Aunque los terrores nocturnos no suelen tener un tratamiento y la mayoría de los niños los superan antes de la adolescencia, si estos provocan problemas de seguridad, lesiones, síntomas diurnos de somnolencia excesiva o problemas para cumplir con las tareas debemos consultarlo con el médico.

Algunos de los factores más comunes que provocan la aparición de los terrores nocturnos son: Privación del sueño y cansancio extremo, estrés, interrupción del horario de sueño y fiebre.

A veces, los terrores nocturnos aparecen debido a otras afecciones que afectan al sueño como:

  • Trastornos que comprenden patrones anormales de respiración durante el sueño. El más frecuente es la apnea obstructiva del sueño.
  • Síndrome de piernas inquietas
  • Algunos medicamentos
  • Trastornos del estado de ánimo, como la depresión y la ansiedad

Estos terrores nocturnos son más frecuentes en mujeres o si alguno de nuestros familiares ha experimentado sonambulismo.

Tácticas para evitar los terrores nocturnos

Podemos establecer una serie de pautas para ayudar a nuestro hijo para no sufrir terrores nocturnos:

  • Establecer un horario regular para dormir. La fatiga puede contribuir a causar los terrores nocturnos.
  • Realizar actividades tranquilas antes de irse a dormir como leer, resolver rompecabezas o tomar un baño tibio.
  • Tomar medidas de seguridad en nuestro entorno como cerrar todas las ventanas y puertas exteriores por la noche.
  • Controlar el estrés con la ayuda de un psicólogo o hablando con él sobre lo que le preocupa.
  • Llevar un registro diario del sueño.

Recuerda:

  • Aunque no tiene tratamiento, si produce lesiones, somnolencia, o problemas de seguridad debemos consultarlo con nuestro médico.
  • Si nuestro hijo sufre estrés o duerme poco podría sufrir terrores nocturnos.
  • Debemos establecer un horario regular del sueño para que nuestro hijo no sufra estos episodios.