El acné común se trata de una afección de la piel que produce un aumento de las glándulas sebáceas. En consecuencia, se forman granos y espinillas que cubre una determinada parte del cuerpo como rostro (sobre todo barbilla, mejillas y frente), espalda, pecho o glúteos.
Aunque existen métodos para combatir esta enfermedad, como tratamientos tópicos o antibióticos en los casos de acné más grave, actualmente, se ha descubierto a una solución que permite eliminar los antiestéticos y dolorosos granos del todo: una vacuna contra el acné.
Un equipo de investigadores de la Universidad de California ha descubierto que, el uso de anticuerpos dirigidos contra la toxina producida por la bacteria que causa el acné, puede reducir la inflamación de las lesiones. Como es muy poco probable que esta vacuna tenga efectos secundarios, se considera una posible solución eficaz contra la enfermedad.
Ahora la misión de los científicos es estudiar si se puede sintetizar estos anticuerpos a través de una vacuna y valorar los efectos de estos anticuerpos en la microbioma de la piel.
¿Por qué se produce el acné?
Los folículos de la piel (o poros) contienen unas glándulas sebáceas que, como su nombre indica, producen sebo (la grasa que lubrica el pelo y la piel). Según vamos madurando, las hormonas corporales estimulan las glándulas sebáceas para que produzcan más de esta sustancia. Si hay exceso de ella y muchas células dérmicas muertas, los poros se obstruyen, produciendo que las bacterias se queden atrapadas dentro de los poros y la piel se hinche y se enrojezca.
Síntomas del acné:
El acné puede manifestarse con varios tipos de lesiones las cuales aparecen, principalmente, en la cara espalda y hombros, ya que son las zonas más seborreicas del cuerpo. No obstante, pueden aparecer en cualquier parte del cuerpo.
Los principales síntomas físicos del acné son:
- Quistes, sobre todo cuando se trata de un acné grave.
- Costras con erupciones en la piel.
- Pústulas (cavidad superficial llena de pus).
- Cicatrices en la piel.
- Enrojecimiento alrededor de las erupciones de la piel.
- Espinillas.
- Protuberancias pequeñas y rojas.
No obstante, el acné también puede afectar psicológicamente ya que es una enfermedad difícil de ocultar y puede afectar a nuestra autoestima de las personas que lo sufren, lo cual puede derivar en depresión. Además es una enfermedad que, muchas veces, perdura en la adultez e incluso se puede agravar con el embarazo o la menstruación.
Consejos para tratar el acné:
Es importante tener en cuenta algunos consejos para tratar el acné en nuestro día y día para que su incidencia sea menor:
- No tocarse la piel: normalmente nuestras manos son portadoras de bacterias lo que aumenta el riesgo de infecciones. Además, si manipulamos las lesiones producidas por el acné estas pueden empeorar o dejarnos cicatrices en la piel.
- Limpiarnos el cutis con mascarillas: ayudan a eliminar la obstrucción de los poros.
- Utilizar cosméticos de consistencia no aceitosa y, sobre todo, los que incluyen la leyenda “no comedogénicos”, puesto que son los que no obstruyen los poros de la piel.
- Protegernos del sol con fotoprotectores adecuados para nuestra piel y así evitar que las lesiones empeoren con la radiación ultravioleta.
- Evitar que el pelo cubra la cara ya que la grasa del pelo puede ensuciar la piel.
- Afeitarse con cuidado para evitar que empeoren las lesiones.
- Seguir una dieta equilibra y reduce al máximo aquellos alimentos con un alto índice glucémico, como los azúcares refinados.
- Acudir a nuestro dermatólogo para que nos aconseje el tratamiento adecuado para nuestro tipo de acné.
Recuerda:
- Existe una posible solución eficaz para el acné.
- El acné se produce por la acumulación de bacterias en los poros de la piel.
- Debemos limpiarnos la piel dos veces por semana y utilizar las cremas y medicamentos adecuados para nuestro tipo de piel.