Jet lag: qué es y cómo prevenirlo

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Cuando viajamos a destinos muy lejanos, además de cruzar fronteras, también atravesamos zonas horarias. Por ello, en muchas ocasiones, los viajes nos causan un conjunto de síntomas que se denominan jet lag o síndrome del cambio horario. Estos síntomas surgen por el desequilibro entre nuestro reloj biológico y el nuevo horario del destino.

¿Por qué se produce el jet lag?

Las personas nos regimos por los ritmos circadianos que duran al alrededor de 24 horas. Estos ritmos constituyen nuestro reloj biológico, que marca los ciclos de sueño-vigilia, haciendo que estemos más somnolientos o más activos dependiendo del momento del día. Estos ritmos están determinados principalmente por la luz y la oscuridad, pero también influyen nuestras actividades diarias, como el trabajo o las comidas.

De esta manera, cuando viajamos a otros lugares, nuestro reloj interno no está sincronizado con el horario local. El desfase horario puede desencadenar uno o varios de los siguientes síntomas en nuestro cuerpo:

  • Cansancio y/o fatiga.
  • Dolor de cabeza.
  • Problemas para conciliar el sueño.
  • Somnolencia durante el día.
  • Disminución del apetito.
  • Cambios de humor e irritabilidad.
  • Molestias gastrointestinales.
  • Disminución de la concentración.
  • Reducción del rendimiento físico, intelectual y falta de memoria.

Estos síntomas no son tan distintos a los que tenemos cuando se realiza el cambio entre el horario de verano y el de invierno, aunque en mayor medida.

¿Cuánto dura el jet lag?

El jet lag se intensifica a partir de cinco regiones horarias y cuando viajamos hacia el este. En este sentido, se dice que, cuando viajamos hacia el este, se necesitan para recuperarse tantos días como zonas horarias se hayan atravesado. Por el contrario, cuando viajamos hacia el oeste, se necesitarán la mitad del número de zonas que se hayan cruzado.

Consejos para reducir o prevenir el jet lag

Estos son algunos consejos para mitigar los efectos causados por el jet lag o desfase horario:

  • Trata de anticiparte y duerme bien: ve adaptando los horarios de sueño a los del destino paulatinamente durante los días previos.
  • Mantente hidratado: volar deshidrata por el ambiente de baja humedad del avión, por es aconsejable tratar de beber la suficiente agua.
  • Evita el alcohol y el café: las bebidas alcohólicas empeoran la calidad del sueño (además de deshidratarte), mientras que la cafeína puede alterar aún más los ciclos de nuestro cuerpo.
  • Aprovecha al máximo la luz natural: el sol nos mantiene activos, así que es aconsejable no dormir en cuanto llegues a tu destino. Trata de mantenerte despierto hasta el anochecer para adaptar tu horario al del destino lo más rápido posible.

Otra opción útil es la de descansar durante el trayecto, para llegar descansados a nuestro destino. Para ello, puede ser necesario emplear complementos nutricionales que contengan melatonina, la hormona responsable de la conciliación del sueño. Sin embargo, es necesario consultar antes con un especialista para confirmar que esta solución es beneficiosa para ti.

Recuerda

El jet lag es un conjunto de síntomas que surgen cuando viajamos largas distancias debido al desequilibro entre nuestro reloj biológico y el nuevo horario del destino.
Tardamos más en recuperarnos si viajamos al este que si lo hacemos al oeste.